En nuestro país existen más de 40 mil centros poblados que no cuentan con ningún tipo de conectividad. Se trata de poblaciones ubicadas en algunas localidades de geografía complicada en la sierra y selva del país.
Según reportó GSMA Intelligence, la brecha de cobertura se redujo significativamente gracias a las inversiones de los operadores, pero la crisis financiera causada por la COVID-19 agravó los problemas de muchos latinoamericanos para acceder a los servicios.
Detallaron que, a fines del 2020, 358 millones de personas en toda América Latina tenían conexión a internet móvil, 15 millones más de lo reportado el 2019. No obstante, alrededor de 275 millones de personas continúan desconectadas en la región.
En el Perú, según los reportes de Osiptel, existen más de 40 mil centros poblados que no cuentan con señal de Internet móvil o fijo, sobre todo debido a las dificultades de acceso geográficas, lo que abarca un estimado de al menos 5 millones de peruanos. Según GSMA al cierre del 2020 teníamos una penetración de suscriptores móviles del 73% y un 27% sin contratar estos servicios.
El problema radica en que los desconectados han tenido menos posibilidades de mitigar la alteración económica y social en sus vidas. “Hoy en día, la mayoría de aquellos que no tienen cobertura de banda ancha móvil viven en zonas rurales remotas, donde los modelos comerciales para expandir la conectividad son más difíciles de ejecutar”, explicaron los analistas.
En términos de cobertura de red, cerca del 96% de la población latinoamericana está en una zona con banda ancha móvil, pero alrededor del 40% de la población que sí tiene cobertura aún no utiliza internet móvil. “Entre estos obstáculos se encuentran la asequibilidad, el conocimiento y las habilidades digitales, la relevancia, la seguridad y la protección, y el acceso a facilitadores (como la electricidad e identificaciones formales)”, señalaron los analistas de GSMA.
La pandemia empeoró la situación desfavorable de los desconectados. El continente tuvo la caída más pronunciada del PBI (-11,3%) del mundo y eso conllevó pérdidas de empleos, reducción de salarios y un aumento en la pobreza extrema, lo que dificultó su capacidad económica de contratar el servicio de Internet.
Los operadore latinoamericanos, ante esta realidad, lanzaron diferentes alternativas como la suspensión temporal de los cobros de sus servicios regulares para aquellos usuarios que no pudieran costear sus boletas de telecomunicaciones. En el Perú el regulador prohibió el corte de servicio por moras durante tres meses y se diseñaron planes de pago por debajo de la media del mercado.
GSMA informó que en la actualidad el foco de los operadores de la región está en la implementación de iniciativas que sean sostenibles a largo plazo. Como ejemplo citaron que ante la existencia de muchos consumidores de América Latina que no podían asumir la compra de un teléfono en un pago por adelantado se beneficiaron de los modelos de financiación como planes de pago en cuotas, subsidios, préstamos, arrendamientos y alquileres.
Los Gobiernos latinoamericanos también llevaron a cabo una serie de acciones para facilitar la conectividad, incluyendo subvencionar los descuentos en tarifas y acceso a contenido y herramientas digitales al servicio de la población. No obstante, todas esas gestiones estimaron que aún son insuficientes para terminar de cubrir la brecha.
Como ejemplos específicos de los esfuerzos de los operadores, los analistas citan el caso de América Móvil y la Fundación Carlos Slim, que desarrollaron la aplicación Monitor FCS, (herramienta que permite a los usuarios informar síntomas de COVID-19 e identificar cuándo recibir tratamiento médico) y el de TIM Brasil, quienes ofrecieron contenido educativo gratuito en su plataforma de tipo MOOC (cursos abiertos y masivos en línea) para dar respaldo a aquellos cuya educación fue interrumpida por la pandemia. Además, TIM lanzó nuevos cursos para abordar temáticas relacionadas con la educación financiera, la tecnología y la agricultura.
Aporte regional
GSMA Intelligence informó que las tecnologías y los servicios móviles generaron el 7,1% del PIB de América Latina, una contribución que ascendió a más de US$ 340.000 millones de valor económico agregado.
El ecosistema móvil también generó más de 1,6 millones de puestos de trabajo (de manera directa e indirecta) e hizo una contribución significativa al financiamiento del sector público, a través de impuestos a los clientes y los operadores, con una recaudación tributaria en este sector de más de US$ 29.000 millones. En cuanto al empleo directo se calcula abarca a más de 600.000 personas en América Latina, precisaron.
Con el impulso de la expansión constante del ecosistema móvil y el aumento de la productividad, el aporte económico del sector móvil en América Latina se incrementará en más de USD 30.000 millones para el 2025.
Los operadores móviles de América Latina invertirán más de US$ 70.000 millones en sus redes entre 2020 y 2025, con especial énfasis en 5G y 4G. El despliegue de redes 5G será un factor clave para impulsar la inversión, ya que representará casi dos tercios de los gastos de capital (US$11,3 mil millones este año). Dichos gastos alcanzarán su punto máximo en la región en el 2024 a medida que los despliegues 5G comiencen a ganar terreno. El crecimiento de ingresos fue de 1% el 2020, pasó a 4% este año y luego se mantendrá en 2% hasta el 2025.