Columnista invitada: Pamela Antonioli De Rutté, Gerente en Hub de Innovación Minera del Perú. Biotecnóloga con experiencia en formulación y desarrollo de proyectos de I+D+i y en gestión pública y privada relacionada a innovación.
Esta semana un artículo del Institut de Recherche pour le Développement (IRD) publicado en The Conversation, se pregunta ¿De dónde viene el cáncer y por qué no ha desaparecido con la evolución?, poniendo sobre la mesa un enfoque terapéutico que considere la biología evolutiva. Así, nos remonta al desarrollo de los seres pluricelulares a partir de los unicelulares y cómo, para ello, se favorecieron adaptaciones que facilitaron el funcionamiento colectivo, y cómo el cáncer podría representar una ruptura de esa cooperación pluricelular.
Interesante leer como teoría que, en aquellas eras remotas, en entornos realmente agrestes, las unicelulares formas de vida veían favorecidas características como una rápida proliferación que pudieron quedar como rezagos en los genes de seres más evolucionados y que ahora, cuando una célula presenta alguna falla (en la reproducción) podrían expresarse estos genes primitivos.
Tras leer el artículo no puedo sino pensar si existe una analogía en términos sociales en el Perú pandémico. ¿Será que algo ha ocurrido en el país que ha significado la ruptura de esa cooperación como colectivo? El día a día nos recuerda que cada quien debe bailar con su propio pañuelo o, peor aún, que se salve quien pueda.
Decir que la corrupción es nuestro cáncer es muy común y el enfoque es la corrupción como causa de nuestros males. Sin embargo, quizás debamos pensar un poco más como el artículo referido y cambiar de enfoque. ¿Qué posibles elementos pueden haber permitido que el cáncer aparezca? Y, pensando como Darwin, ¿por qué hoy resulta más favorable pensar individualmente que colectivamente? ¿Qué elementos están favoreciendo / seleccionando las conductas corruptas?
Así como en el cáncer la terapia adaptativa, profundamente enraizada en la biología evolutiva, podría constituir un enfoque alternativo; para la corrupción también debemos buscar enfoques innovadores, que supongan el entendimiento integral del entorno y la eliminación de elementos que supongan un estímulo o ventaja para su proliferación, porque, frente a desafíos tan grandes como los que nos están tocando vivir, no podemos darnos el lujo de seguir agrandando la grieta.