Expertos reconocen los avances en regulación a favor de la inversión privada de los últimos años, pero advierten que no se pueden seguir cometiendo errores en el diseño de los concursos de espectro pendientes. Además de una adecuada planificación, piden priorizar la inversión en reducir la brecha de conectividad.
La implementación del 5G es una parte sustancial del viaje hacia la transformación digital, al facilitar la conectividad a velocidades superiores que permitirán optimizar la productividad. Además, es una palanca para la recuperación económica postpandemia. Pero no se trata solo de poner nuevas antenas, sino de tener espectro asignado, es decir una carretera especial para esa alta velocidad.
De hecho, en el mundo se cerró el 2021 con 521 millones de conexiones 5G y se espera llegar a 1300 millones a fines de este año y 2000 millones para el 2023, según datos de Omdia difundidos por 5G Américas. Ellos establecieron que a nivel global se creció 135% el año pasado, al sumar 218 millones de conexiones. En América Latina el crecimiento de 5G fue de 17% y recién se tendrán 301 millones de conexiones para el 2026, porque el foco aún está en terminar de expandir 4G.
Sudamérica está avanzando, pero de a pocos. “La conversación respecto al desarrollo de 5G en la región y en el mundo ha sido amplia y profunda desde hace algunos años. Sin embargo, en términos de adopción e implementación, existe todavía mucho camino por recorrer. Es importante que los países de América Latina preparen el terreno para esta nueva generación tecnológica”, resaltó Maryleana Méndez, secretaria general de ASIET (Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones).
En el Perú tenemos asignado 679,16 MHz para el uso de telefonía móvil, según 5G Américas, pero eso no alcanza para los nuevos desafíos. “El espectro ha sido asignado de forma poco predictiva, poco planificada e insuficiente”, concluyó el informe Agenda Digital elaborado por Apoyo Consultoría para Comex.
El informe refirió que, en el 2018, se encontraba disponible el 30% de lo que recomendaba la UIT para el 2015 y 20% de lo que recomendaba para el 2020. Y en el 2019 seguía existiendo una gran cantidad de espectro libre, tanto en bandas bajas y medias (41% libre) como en altas (73% libre). Entre los dos sumarían cerca de 4000 MHz disponibles. Al 2021, detallaron, “el Perú no se encontraba preparado para aprovechar los beneficios del 5G, pues requiere espectro que aún no está licitado. Asimismo, si bien hay avances en la regulación del uso eficiente del espectro, [estas] se encuentran aún en proceso de implementación”.
Problemas varios
Si bien los consumidores han recibido publicidad y opciones comerciales para probar 5G desde teléfonos compatibles con dicha tecnología el año pasado, su desarrollo es aún limitado a nivel de zonas cubiertas y perfiles de consumidores que acceden a ello. Lo cierto es que falta licitar espectro en todas las bandas (altes, medias y bajas) para impulsar el uso de esta tecnología.
Los problemas parten por la falta de una adecuada planificación del espectro. El informe de Apoyo Consultoría concluyó que El MTC, ente encargado de asignar espectro, ha elaborado un Plan Nacional de Atribución del Espectro (PNAF) con la atribución de frecuencias por servicios y define si una banda se asignará mediante concurso público; pero no establece en qué plazo ni bajo qué diseño se asignará. Esto no es eficaz y genera poca predictibilidad para el administrado, desincentiva la inversión al no tener certidumbre del mecanismo para acceder al espectro y, a largo plazo, afecta la calidad y continuidad del servicio.
Coincidió Maryleana Méndez, quien desatacó que “es importante el desarrollo de planes plurianuales de espectro que den certeza sobre el acceso a este insumo y políticas que no tengan la mira en la recaudación de corto plazo”. El país tiene objetivos de mejora de cobertura y calidad de los servicios, añadió, pero se requiere de un entorno de certidumbre y previsión para desplegar inversiones en el largo plazo que permitan brindar un servicio de calidad con una velocidad decente.
En lo inmediato, se tienen ya algunos concursos de espectro para 4G y 5G sobre el tapete. Manuel Cipriano, expresidente interino del Osiptel, advirtió que, tras la suspensión de la licitación de bandas de espectro radioeléctrico para 4G (bandas de AWS-3 y 2.3 GHz) el pasado 18 de febrero, no ha salido un nuevo cronograma. “Esperamos que este proceso se retome con prontitud pues se necesita para que los operadores móviles puedan ampliar sus servicios y mejoren la calidad de los servicios en todo el país”, comentó.
En cuando a la licitación de bandas de espectro para 5G, añadió Cipriano, “la situación es más preocupante, pues aún no se ha lanzado la convocatoria y no se ha continuado con el refarming, que está pendiente. Considero que debería comenzarse el proceso del concurso público y en paralelo continuar con el refarming para no seguir perdiendo más tiempo. Tanto este proceso como el de 4G deberían convocarse de inmediato para poder avanzar con los planes de mejorar la conectividad y transformación digital que el país requiere”.
Maryleana Méndez remarcó que el concurso suspendido fue planteado de forma positiva, en el sentido de sustentarse en compromisos de inversión en cobertura y despliegue, pero los valores asociados para el cumplimiento de dichos compromisos resultaron desproporcionados, lo que desincentivó a los postores. Se habían estipulado muchos sitios por cubrir con dificultades técnicas para el despliegue que lo hacían inviable para los operadores, dijo.
Se trató de un modelo adecuado, pero con un valor de inversión que superaba las posibilidades de los postores. La incertidumbre política por los continuos cambios en el MTC, sumada a normas desatinadas, como aquella que incrementan la velocidad mínima garantizada de internet, y la sobrevaloración del espectro fueron una pésima señal para el mercado, añadió Cipriano. Cuando se retome el concurso, añadió Méndez, se deben tomar criterios técnicos que busquen extender las redes y mejorar los servicios en zonas rurales, pero con un proceso adecuado. “Lo que no debería pasar es volver a repetir los mismos errores que se presentaron en la licitación de 4G, que está suspendida. Se debe realizar un mejor diseño de la subasta para asegurar la concurrencia de postores”, remarcó Cipriano.
Buenas prácticas
Maryleana Méndez advirtió que no existe una receta mágica que se aplique a todos los países, porque cada mercado tiene sus peculiaridades, pero existen algunos ejemplos de licitaciones de espectro para 5G del 2021 que se pueden tomar como ejemplo de buenas prácticas. Es el caso de Brasil, que se centró en lograr un equilibrio entre los objetivos gubernamentales, las necesidades de los operadores y el bienestar de los consumidores. Este proceso se inició años atrás con la modernización de varias políticas regulatorias diseñadas para fomentar las inversiones, dando períodos de licencia de mayor duración (20 años) sumado a renovaciones ilimitadas, sumado a un mercado secundario de espectro.
En el último concurso los brasileños se enfocaron en pedir obligaciones de cobertura, resaltó Méndez. “Realizó la licitación de espectro privilegiando el tema de mayor cobertura o compromisos de expansión en menor tiempo posible, al simple afán recaudatorio como en otros casos, incluso permitiendo el ingreso de nuevos entrantes al mercado móvil”, coincidió Cipriano.
En Perú, completó Méndez, se debe “asignar suficiente espectro radioeléctrico a costos asequibles, con pagos de renovación o adquisición que se basen en maximizar el bienestar social y no en la recaudación; con menores cargas fiscales y regulatorias que no asfixien la capacidad de inversión de la industria ni afecten su sostenibilidad”.
En cuanto a las políticas y la regulación, los analistas de Apoyo Consultoría han desatacado que se debe dar a las empresas certidumbre sobre cuáles serán las bandas de espectro por licitar para poder anticiparse y priorizar su participación. Se podría seguir la asignación recomendada por la UIT (2015) , recomendaron, y montar planes detallados como el aplicado en Canadá – Spectrum Outlook 2018-2022 (ISED, 2018) – que especifica la prioridad de cada banda para el gobierno canadiense, junto con una previsión de cuándo serán ofertadas y para qué fines.
El Perú también tiene algunos aciertos y buenas prácticas, reconocieron. Desde Asiet se destacó como ejemplo para la región la extensión y mejora de servicios rurales que se logró con la regulación innovadora que permite la colaboración público-privada en el país. “Internet para todos” es un ejemplo de cómo lograr que un operador mayorista rural conecte, desde 2019, a más de 2,5 millones de personas con 4G en más de 13.000 localidades.
Otro acierto es el citado por el informe para Comex. En el 2018, refirieron, se estableció la posibilidad de que las empresas puedan materializar parte de sus pagos por canon en inversiones orientadas a expandir la infraestructura y mejorar la tecnología, convirtiendo zonas con 2G en 4G. Los operadores tenían una lista de poblados para elegir en cual invertir. “Esta flexibilidad es positiva en tanto se realiza la inversión de forma inmediata, se aprovecha las capacidades de gestión más eficiente del sector privado y el Estado ahorra en el cobro del propio canon. De hecho, esta posibilidad podría replicarse al resto de tasas e impuestos cobrados a las empresas”, recomendaron.
Tambien consideraron acertada la asignación temporal del espectro, durante la pandemia de la Covid 19, mediante mecanismos regulatorios ágiles (resoluciones ministeriales), en aras de asegurar la continuidad de los servicios. Se atendió demanda creciente en la emergencia y podría ser conveniente evaluar reasignarla de forma temporal para zonas donde no hay aun cobertura de internet, dijeron.
En suma, los expertos admiten que se han hecho avances, pero aun nos falta implementar varias políticas y prácticas en los concursos para no quedar rezagados en la asignación de espectro. De esa manera se podrá asegurar el cierre de la brecha digital y dotar al país de mejores servicios para aprovechar la tecnología de manera productiva, como palanca de desarrollo económico y social.