Una política consistente en el tiempo y recursos son lo necesario para digitalizar al país – José Clastornik, presidente de GovTech Uruguay

La receta para digitalizar el país, según el especialista en políticas públicas y transformación digital, pasa por una política continua, recursos y prerseverancia.
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Durante la primera “Mesa de Reflexión Digital” se debatió sobre las nuevas políticas públicas que requiere hoy el país para enfrentar los retos de su digitalización.

¿Cómo conseguir digitalizar al país y así lograr una real integración? “La receta es conocida”, destaca José Clastornik, quien fue durante casi 14 años director ejecutivo de la Agencia de Gobierno Electrónico de Uruguay. A su entender, el camino es tener “una política consistente en el tiempo, y recursos para llevarla a cabo”.  

Clastornik, quien participó el mes pasado de la primera “Mesa de Reflexión Digital” que organizó la Universidad del Pacífico, PERUCÁMARAS y Movistar, considera que la tarea de digitalizar al país requiere presupuesto, pero también liderazgo para la gestión del cambio y los recursos humanos adecuados para ejecutar los proyectos en los plazos previstos.    

Aclaró que no es necesario montar un ministerio TIC para lograr cambios sustanciales, porque puede funcionar bien siempre que la autoridad o institución encargada tenga capacidad de ejecución y recursos para lograrlo. Ella requiere recursos materiales y humanos para promover y ejecutar las políticas que se definan, resalta. 

“De hecho, la recomendación que plantea la mayor parte de los estudios es la de tener la institución en la Presidencia del Consejo de Ministros o su equivalente en cada país. Es el caso de Uruguay, donde AGESIC -la Agencia de Gobierno Electrónico y de Sociedad de la Información- funciona en la Presidencia”, destacó. 

El Perú, mencionó, ya tiene varios avances en ese camino a convertirse en una sociedad digital y se han establecido políticas que coinciden con las mejores prácticas internacionales. Lo que falta, añadió, es: “alineamiento, recursos y continuidad en el tiempo para llevarlas a cabo y que se vean los resultados”. 

La mejor forma de evitar agravar el efecto de las brechas, es garantizando una digitalización que defina el acceso a prestaciones mínimas que incluyan tanto la facilidad a una conexión a Internet

En Uruguay, añadió José Clastornik, todos los logros se alcanzaron con perseverancia, no fueron materializados en un día. Fue un proceso de varios años, indicó, integrando el trabajo paralelo de múltiples actores alineados a una estrategia. Y su duración en el tiempo se logrará en la medida en que permanezca la cultura de desafiarse continuamente a mejorar.   

Los desafíos actuales, generados por la pandemia de la covid-19, ha generado una aceleración en la digitalización urbana para aliviar los retos del teletrabajo. Pero, comentó, se requiere un alineamiento posterior para no solo disminuir los riesgos de inequidad – la desconexión en zonas rurales – sino para establecer los derechos y obligaciones ligadas a esta nueva realidad. 

Mesa de reflexión digital 

En la mesa participaron expertos del sector como Gissella Bejarano, cofundadora del Grupo de Inteligencia Artificial de la PUCP, Miguel Morachimo, director ejecutivo de “HiperDerecho”, Ragi Burhum, cofundador de OpenCovid-Perú, José Clastornik, presidente de GovTech (Uruguay), Santiago Pinzón, VP de Transformación Digital de ANDI (Colombia) y Alexandra Ames de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico. 

Una de las principales conclusiones alcanzadas fue que la digitalización no sólo es funcional, sino que está modificando la estructura misma de la construcción social entendida como las formas de socialización digital incluyendo la identidad humana como ciudadanía digital y la productividad económica basada en una economía de los datos. 

Esta “nueva realidad”, concluyeron, puede suponer una profundización de las brechas sociales y económicas preexistentes en el Perú, dado el bajo nivel de conectividad al interior. La digitalización, enfatizaron, debe darse de forma integral para toda la sociedad. Eso va más allá de usar una tecnología en particular y abarca la dimensión cultural para acortar la brecha e incluir a las poblaciones vulnerables.  

“La mejor forma de evitar agravar el efecto de las brechas, es garantizando una digitalización que defina el acceso a prestaciones mínimas que incluyan tanto la facilidad a una conexión a Internet asequible, así como también a recursos digitales (plataformas, aplicaciones, capacidades, etc.) adecuados que potencien los beneficios de ser digital”, señalaron.  

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