Lo que deberá impulsarnos

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Columna: Erick Iriarte, CEO de eBIZ Latin America. Socio de Iriarte & Asociados y magíster en Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú.


(L)a diferencia entre un buen administrador y un mal administrador se reduce a cinco latidos del corazón. Los buenos administradores toman decisiones inmediatas. 

—¿Y aceptables? 

—Generalmente dan resultado. Un mal administrador, en cambio, vacila, titubea, reclama comités, datos, informes. Y al final actúa de una forma que crea nuevos y serios problemas. 

—¿Pero no necesitan a veces prolija información para…? 

—Al mal administrador le interesan más los informes que las decisiones. Y exige siempre el documento que exhibirá como excusa de sus errores.

—¿Y los buenos administradores? 

—Esos dependen de las órdenes verbales. No mienten jamás sobre su actuación, si es que sus órdenes verbales llegan a causar problemas, y se rodean de colaboradores capaces de actuar con acierto a base de órdenes verbales. Generalmente, el dato más importante de la información que reciben es que algo no funciona. Los malos administradores, en cambio, disimulan sus errores hasta que es demasiado tarde para corregirlos.”

Dios Emperador de Dune, Frank Herbert

En estos tiempos de espera del recambio gubernamental en los que aún no sabemos quién nos presidirá, cómo conformará su gabinete ni los nombres de sus principales funcionarios, recuerdo a alguien decir que un gobierno debería tener al menos 500 personas listas para asumir las posiciones más relevantes y lograr que el país se desarrolle adecuadamente. De ahí que sea tan importante saber quiénes serán esos quinientos, o al menos la fracción de ellos que irá a su gabinete, para empezar.

“(E)l inicio de las celebraciones por los 200 años de nuestra independencia puede servirnos de punto de inflexión para encontrar más mecanismos de cohesión como sociedad.”

Al mismo tiempo que vamos al compás de esta espera, es momento de asumir también que, sea quien fuere quien gobierne, nuestra participación activa como sociedad civil, desde la academia y el sector privado, deberá ser parte clave de nuestro propio devenir. Ese sector privado del cual somos parte y que cada día se levanta y “Impulsa esos pistones llamados Perú”, como dirían Los Mojarras. 

Herbert nos permite pensar en el trabajo de equipo como parte fundamental para el desarrollo; nos da elementos para pensar en cómo queremos una buena administración: eficiente, operativa, efectiva, que no oculte información, transparente, con trazabilidad de información. Y lo escribía sin saber todo lo que vendría adelante en materia de big data y data analytics, o como impactarían éstas en los procesos de gestión, por ejemplo, los de cadena de suministro que son las que atendemos con nuestras soluciones digitales en eBIZ.

Son tiempos de cambios, pero también de esperanza, porque el inicio de las celebraciones por los 200 años de nuestra independencia puede servirnos de punto de inflexión para encontrar más mecanismos de cohesión como sociedad, de respeto a la diversidad que conformamos, de reconocimiento de esa riqueza cultural de nuestro crisol de culturas, y especialmente como un momento para reflexionar sobre qué país dejaremos a nuestros hijos e hijas. Finalmente, que sea el tiempo de comprometernos con firmeza, en especial del sector privado, con el mantener el crecimiento de nuestro país, desde nuestro rol de constructores del futuro que valientemente seguirán afrontando todos los retos que los próximos 200 años nos pongan al frente, como siempre.

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