Cuando el economista Patricio Quintanilla Paulet asumió el rectorado de la Universidad La Salle en abril del 2018, la virtualización estaba en la agenda, pero los niveles exigidos hoy por la pandemia nadie los había previsto para tan pronto. Pese a ello, se implementó satisfactoriamente el Google Classroom en todas las cátedras y se ha diseñado un nuevo plan de acción que contempla un primer ciclo del 2021 no presencial y, cuando todos los peligros acaben, mantener al menos un 20% de los créditos académicos virtuales.
¿Cuál ha sido el reto más grande que han debido enfrentar en este primer semestre académico?
El estado de emergencia nos obligó a realizar el trabajo académico y administrativo de manera remota. Al conocerse la situación, se evaluó la plataforma a utilizar para las clases virtuales, teniendo entre las opciones Moodle y Google Classroom. Se optó por el segundo por dos razones: teníamos más docentes que lo conocían y trabajaba en la nube, por lo que no era necesario ampliar el hardware que disponía la universidad.
¿El personal estaba preparado para esta nueva realidad pedagógica?
Uno de los principales problemas fue el desconocimiento de la mayoría de docentes del uso de plataformas virtuales para el dictado de clases. Aun cuando algunos la conocían, no habían trabajado antes con ella. En el aspecto administrativo, se motivó a nuestros colaboradores a usar medios remotos y las autoridades aplicamos la firma electrónica para documentos oficiales.
¿Cuál fue la respuesta de los académicos ante estos cambios?
Todos los académicos tuvieron respuesta positiva y para aquellos que inicialmente tuvieron problemas en el uso de la plataforma elegida (Google Classroom), se pidió a cuatro docentes con amplia experiencia, que los apoyaran de manera personalizada. La postergación del inicio de clases por 15 días [en marzo] permitió realizar una capacitación intensiva.
¿Cómo se enfrentó el desafío de trasladar el aula a la videoconferencia?
El uso de la videoconferencia para las clases fue parte de la capacitación y no hubo problemas. Además, los directores de cada departamento y coordinadores están incorporados en las clases virtuales como un alumno más. Eso nos permite identificar los casos problema que pudieran presentarse y corregirlos a tiempo. Incluso hemos aprobado ya la sustentación virtual de tesis, lo que aún no se ha hecho, pero ya está definido el protocolo.
El dato:
La Universidad la Salle abrió sus puertas en Arequipa a inicios del 2012 y obtuvo su licenciamiento en enero del 2018. Tiene 31 líneas de investigación acreditadas. Pertenece a la Asociación Internacional de Universidades Lasallistas (AIUL) con más de 300 años de experiencia.
¿Fue necesaria una inversión especial?
Algunos docentes se vieron obligados a mejorar sus equipos informáticos y su servicio de Internet. No obstante, la plataforma de Google Classroom ofrecía la ventaja de no requerir inversiones importantes en tecnología, las cuales no podríamos hacer por el impacto financiero de la pandemia, debido a deserción y mora en el pago de los alumnos.
¿Cuáles son las principales lecciones aprendidas en este proceso?
Tenemos claro que la virtualización ha llegado para quedarse y, aun cuando se reinicien las clases presenciales, una parte de nuestras actividades continuará siendo remota. Sunedu ha publicado recientemente una norma al respecto, estableciendo que en los programas presenciales se podrá llevar el 20% de los créditos de manera virtual, además de reglamentar las modalidades semi- presencial y a distancia.
¿Qué expectativas o planes tienen hoy?
Esperamos que los problemas iniciales [primer ciclo del 2020], se hayan superado plenamente este semestre y los alumnos, al tener pleno conocimiento de la modalidad virtual desde antes de la matrícula, puedan adecuarse a ella. Nuestro Consejo Universitario ha acordado que el Semestre 2021-1 será virtual, salvo que las autoridades dispongan lo contrario.