Perú es un país minero, productor tradicional de cobre, oro y plata, elementos indispensables en muchos de los procesos claves de la economía global. Pero estamos en medio de una sociedad digital, con alto consumo de internet. Además, enfrentamos el desafío de producir menos emisiones de CO2 para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En ese contexto, el litio aparece como un metal valioso y altamente demandado. Es un elemento necesario para producir las baterías de tracción de los vehículos electrónicos, las computadoras y en toda una gran variedad de objetos conectados. Las baterías de iones de litio (Li-ion) también se usan en el almacenamiento de energía. Y es usado para fabricar celulares, cerámica, vidrios, aire acondicionado y tratamientos médicos.
A medida que la demanda mundial de litio continúa aumentando con la digitalización de cada vez más procesos, América Latina es un actor fundamental en la cadena de suministro gracias a sus abundantes reservas. Chile, Argentina y Bolivia, conforman el llamado “triángulo del litio” y tienen más del 75% del potencial suministro mundial de litio para el mundo. Dichos países comparten una zona rocosa de los Andes que es rica en reservas de litio. Bolivia es el país con mayor reserva de litio de la región con unos 21 millones de toneladas.
Un informe del World Economic Forum (WEF), basado en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), calculaba el año pasado que alrededor del 60% del litio identificado se encontraba en América Latina, quien será el principal proveedor de esa demanda global que se multiplicará por 40 al 2040 debido a la transición energética hacia las energías renovables y los vehículos eléctricos. De hecho, la enorme demanda del metal provocó una subida de los precios en los últimos años, pasando de 53 millones de toneladas en 2018 a 89 millones de toneladas en 2022.
Las proyecciones pueden variar. Mediante el uso de inteligencia artificial (IA) y supercomputadoras, investigadores de Microsoft analizaron más de 32 millones de materiales inorgánicos y en una semana llegaron a 18 candidatos para reemplazar al litio. Al final encontraron una nueva sustancia capaz de reducir hasta en 70% el uso de litio en baterías.
Aun cuando se reduzcan las expectativas de demanda, es vital contar con reservas. El litio es un aliado del medio ambiente al ayudar en el remplazo del alto consumo del petróleo y sus derivados en el sector transporte e industrial, principales emisores del CO2. El Departamento de Energía de Estados Unidos calcula que los vehículos eléctricos emiten un 60% menos carbono que los que usan gasolina.
Sin embargo, no hay que olvidar que existe preocupación por la sostenibilidad de la extracción de litio en América Latina debido al uso intensivo que hace del agua su procesamiento y extracción. Si no es ejecutado con los protocolos debidos, puede afectar a la agricultura de la zona, vienen alertando los expertos.
Desde Vostock Capital detallaron que Argentina posee las segundas reservas de litio más grandes del mundo, con 19,3 millones de toneladas (más del 20%) del suministro mundial y 41 proyectos en etapas iniciales, los cuales estarán finalizados más allá de 2025. Si sumamos a Chile, tienen juntos el 38% del suministro global. En Chile la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) y Albemarle tienen programado aumentar la producción en el Salar de Atacama entre 140 000 y 180 000 toneladas de LCE para 2030.
¿Cómo vamos de reservas por el Perú? Como zona colindante con el citado triángulo, también se tienen formaciones rocosas con litio y uranio. Macusani Yellowcake tiene concesiones desde hace casi dos décadas en Puno (yacimiento Falchani), pero no está en exploración aun y podría entrar en producción en 2027.
América Latina es un actor fundamental en la cadena de suministro gracias a sus abundantes reservas. Chile, Argentina y Bolivia, conforman el llamado “triángulo del litio” y tienen más del 75% del potencial suministro mundial de litio para el mundo.
Reservas peruanas
Se hablaba primero de una reserva de 4,7 millones de toneladas de carbonato de litio. Sin embargo, luego se ha estimado que pueden superar los 5 millones de toneladas. La canadiense incluso ha estimado que el valor después de impuestos de su proyecto se ha triplicado y que ésta tendría una vida útil potencial de 32 años de explotación.
A fines de setiembre del 2023, Macusani Yellowcake, filial peruana de la canadiense American Lithium, ingresó el Estudio de Impacto Ambiental semidetallado (EIA-sd) del proyecto Falchani ante el Ministerio de Energía y Minas (Minem). Propuso instalar 420 plataformas de perforación de 300 metros de profundidad. Cuando los declaren reservas probadas, se lanzará el estudio de impacto ambiental (EIA) para explotación, lo cual podría concretarse en 2026. Se espera iniciar la construcción de las instalaciones de la mina para operar a inicios del 2027 con una producción de 50 000 toneladas al año.
Si bien ese es el principal proyecto, no es el único en la mira. Ha transcendido a la prensa que la corporación surcoreana STX Corp. tiene un acuerdo tripartito con socios locales en Perú y Brasil, para desarrollar minas de litio y comercializar concentrados de espodumeno, un mineral rico en litio. La compañía informó que planea invertir en una mina peruana que tendría alrededor de 20 millones de toneladas de reservas de litio.