Las redes sociales, sin duda, tienen cada vez más presencia en el devenir político. Y la salida atarantada de la presidencia, entre gallos y medianoche del 9 de octubre, de Dina Ercilia Boluarte Zegarra, es un evento político que ha tenido en las redes sociales no solo resonancia, sino también influencia marcada en la velocidad en la que se sucedieron los acontecimientos.
Los gritos de #DinaAsesina, #Vacancia, #QueSeVayanTodos, #Violador y #PorEstosNo vienen inundando las redes sociales en el último par de años y han tomado fuerza cada vez que se convocaba una marcha. Los problemas de inseguridad ciudadana, las extorciones a los transportistas, las denuncias de corrupción en el Congreso y los Ministerios existen, pero toman fuerza en la motivación para pasar a la acción a través de las redes sociales, especialmente con el apoyo de materiales audiovisuales.
Ya en la tesis «Everyday politics en TikTok: Un análisis de las prácticas políticas en la creación de contenido en el marco de las protestas contra Dina Boluarte» para optar por el grado de maestría de comunicación de la Universidad Católica del Perú (PUCP) de Melanie Jessica López del Pozo, se revela el potencial de TikTok para habilitar formas creativas de agencia política y resistencia simbólica. El análisis permitió descubrir cómo los videos cortos apoyaron las protestas entre diciembre de 2022 y julio de 2023, logrando motivación a la acción.



Los creadores de contenido usaron videos cortos para resignificar discursos oficiales, visibilizar la represión estatal y construir memorias colectivas. Según la autora, TikTok permitió formas creativas de resistencia simbólica, politizando experiencias personales y viralizando mensajes. Pero también puso foco en las tensiones y negociaciones que enfrentan los activistas digitales en un entorno comunicativo marcado por lógicas algorítmicas y comerciales que moldean sus posibilidades expresivas.
Desde un enfoque positivo, se puede rescatar que se logra adhesiones a la convocatoria masiva de marchas y la difusión de las demandas, abriendo espacio para el debate en redes como x (antes Twitter). Sin embargo, también se identifican riesgos, como lo son la desinformación y manipulación por parte de algunos actores políticos que afecta la percepción pública de la realidad.
En los eventos del 9 de octubre las redes sociales fueron la principal fuente de información. Desde la presentación de cinco distintos pedidos de vacancia para Dina Boluarte en el Congreso a lo largo de la mañana, pasando por los rumores de renuncia a las siete de la noche hasta la declaración de vacancia por 122 votos, sin oposición alguna, pocos minutos antes de la medianoche, las redes sociales fueron emisores y repetidores que marcaron el ritmo de la sucesión de pronunciamientos. El apoyo de los distintos partidos políticos se fue anunciando por X y la prensa fue sacando cuentas: tenían votos suficientes para sacarla de inmediato. No necesitaban esperar.
En los eventos del 9 de octubre las redes sociales fueron la principal fuente de información. Desde la presentación de cinco distintos pedidos de vacancia para Dina Boluarte en el Congreso a lo largo de la mañana, pasando por los rumores de renuncia a las siete de la noche hasta la declaración de vacancia por 122 votos, sin oposición alguna.
El detonante oficial por el proceso de vacancia por «incapacidad moral permanente» fue el ataque armado en una presentación del grupo musical Agua Marina en Chorrillos, que dejó cinco heridos: cuatro músicos y un vendedor ambulante. El motivador político –según señaló Marco Sifuentes en su micronoticiero de YouTube La Encerrona– fue el temor a no conseguir votos en las próximas elecciones por ser aliados de una presidenta considerada corrupta. La mala y caótica recepción en Juliaca, Puno, a principios de la semana del precandidato presidencial por el partido Avanza País, Phillip Butter sonó a premonición. Y las redes sociales, una vez más, recogieron la ira, las dudas, la desconfianza y alertaron a los políticos.
Mal de muchos
Lo que está sucediendo en Perú no es algo aislado, ni raro. El «boca a boca» es en video o mensaje de texto o audio en el smartphone, ya sea verídico o falso. Y la Generación Z tiene un emblema en sus comunicaciones: una calavera sonriente bajo un sombrero de paja, la popular bandera Jolly Roger del manga One Piece de Eiichiro Oda, ha sido adoptada por jóvenes en todo el mundo por su mensaje de libertad y resistencia frente a la injusticia.
Esta bandera ha acompañado las protestas en Nepal, Francia, Indonesia y el mes pasado también se unió a las marchas de rechazo a la reforma del sistema de pensiones en Perú. La Jolly Roger de los Piratas del Sombrero de Paja –conocida como la bandera de los Mugiwara– se ha convertido en una insignia del movimiento juvenil peruano que se resiste a la injusticia y la ausencia de oportunidades.
Erick Iriarte, explicó que los jóvenes son los votantes que muchos políticos desean cautivar y usan los medios y tipos de mensajes que ellos más consumen, incluyendo hasta breves videos con pasos de baile de moda.
Pero no solo se trata de movimientos espontáneos juveniles. Detrás de la incorporación de un símbolo de la cultura pop en el repertorio de protestas, o la repetición de videos elaborados por periodistas, aparecen los políticos que aprovechan las redes para difundir sus posturas y generar simpatía, o polémica. Por ejemplo, según un artículo del analista Darvin Antonio Sánchez para Latinoamerica21, el presidente de Argentina Javier Milei, le saca el jugo al algoritmo, que premia aquello que provoca reacciones intensas: likes, compartidos, comentarios viscerales. Apunta a la identificación emocional provocando a propios y extraños. Y también lo entiende así el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que ha convertido a las redes sociales en su escenario principal de propaganda política.
Desde que los senadores usaban los espacios públicos a viva voz en Grecia y Roma, hasta la creación de la imprenta y la televisión, los medios de comunicación se han usado para difundir ideas políticas. La diferencia hoy está en la forma de interacción a través de los canales digitales, explicó el Dr. Erick Iriarte, CEO de eBIZ y presidente del Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana.
«X (antes Twitter) es un espacio de conferencia de prensa permanente, donde el público objetivo son los periodistas y la prensa para que puedan tomar sus ideas o mensajes y sacarlos del entorno digital a los medios de comunicación masivos (TV, radio o periódicos). Facebook se usa para relatar el quehacer político o para compartir posiciones más elaboradas, siendo similar en su utilización al Youtube que busca expresar las posiciones en video. Y frente a ellos aparecen las redes como Instagram o TikTok con un público más joven con una interacción más rápida y jovial», describió Iriarte.
¿Qué nos espera de cara a las próximas elecciones? Erick Iriarte, explicó que los jóvenes son los votantes que muchos políticos desean cautivar y usan los medios y tipos de mensajes que ellos más consumen, incluyendo hasta breves videos con pasos de baile de moda. Las dinámicas sociales han sido alteradas por la aparición de instrumentos que pueden ser utilizados por todos para transmitir con prontitud sus posiciones políticas. La transformación del espacio de diálogo y discusión ha variado, generando un ritmo acelerado de evolución de los acontecimientos. Resta saber emplearlos para generar consensos sociales que nos hagan crecer como país, reflexionó.


