Menos de un tercio de los adultos mayores están conectados a internet en el Perú

En un evento del MTC por el Día del Internet, se evidenció la urgencia de diseñar políticas para incorporar a la población mayor de 60 años en los objetivos y políticas de conectividad nacional.

En un evento organizado por el MTC por el Día del Internet, se evidenció la urgencia de diseñar políticas para incorporar a la población mayor de 60 años en los objetivos y políticas de conectividad nacional. Su nivel de desconexión se agrava en las zonas rurales de menores recursos económicos, por lo que es imprescindible mejorar el conocimiento de su realidad para encontrar soluciones idóneas.  

En el marco del Dia mundial de las telecomunicaciones 2022, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) desarrolló el evento “Desarrollo de tecnologías digitales en el Perú”, en el cual se abordó los desafíos del sector de cara al futuro, poniendo énfasis en la atención de la población mayor de 60 años, dado que solo en el 26,9% de ellos son internautas.  

Virgilio Tito Chura, viceministro de comunicaciones, informó en el evento que se está trabajando para lanzar este año una política nacional multisectorial de telecomunicaciones con enfoque en el despliegue de banda ancha, con miras a reducir la brecha digital. Esta política ha de incluir a todas las poblaciones con mayor factor de exclusión, tales como mujeres y adultos mayores de zonas rurales, quienes necesitan acceder al internet no solo para ser productivos y generar ingresos, sino para realizar trámites y comunicase con la familia. Está política será transversal a los demás sectores, como educación, salud y seguridad, comentó.   

Detalló que se esperan lanzar estrategias focalizadas para reducir la brecha, buscando no solo poner una antena móvil en la plaza principal de una comunidad, sino dando cobertura a todo el poblado. Hasta ahora se han creado 223 espacios públicos de acceso digital y recientemente se inició el montaje de 90 puntos de acceso a internet gratuito en Cajamarca y se planea hacer lo propio en Piura y Tumbes. Son 90 localidades rurales de Cajamarca (70 mil habitantes) que accederán al servicio en los próximos cinco meses gracias al trabajo conjunto entre el Gobierno Regional de Cajamarca, el MTC y Bitel, quien instalará una antena en cada Plaza de Armas de dichas localidades, lo que conllevará una inversión de S/ 13,8 millones.   

Pronatel informó que en la actualidad tenemos montadas 25 mil estaciones base que llevan el servicio a 1784 distritos y permiten tener más de 27 millones de peruanos que acceden a internet desde el móvil. Miguel Ángel Bautista, vocero de Pronatel, detalló que contamos con 11,8 millones de habitantes en las zonas rurales, de los cuales el 88,4% están desconectados. Pronatel está atendiendo 2083 centros poblados y el sector privado está en 2092. El plan es tener un 39% de los centros poblados rurales sin conectividad (8990) cubiertos para el 2026, aun cuando el 80% de ellos no cuenta con instituciones públicas como comisarías, postas médicas o colegios.  

En cuanto a los adultos mayores, detalló que se viene reduciendo la mortalidad y se estima que representarán la cuarta parte de la población pronto. En la actualidad el 13% de población son mayores de 60 años y el 27,1% de ellos tiene una PC en casa, pero no la usan porque no saben cómo y le tienen miedo. Solo el 2% de los adultos mayores que viven en zonas rurales acceden a internet y es necesario pensar en una estrategia para atenderlos, sensibilizarlos y capacitarlos sobre el uso de estas herramientas.   

Richard Tineo Quispe, director general de políticas en telecomunicaciones del MTC, precisó que a nivel nacional es el 9% de la población (2,9 millones de personas) ubicados en 63 141 centros poblados, los que no cuenta con cobertura de internet. Urge tender infraestructura, añadió, pero también hacer un análisis pormenorizado de los ingresos y la situación demográfica de cada poblado para poder encontrar la mejor forma de atenderlos, sobre todo las zonas con alta dispersión poblacional o carencia de otros servicios, como la energía eléctrica. 

Señaló que tenemos dos alternativas: una es potenciar las estaciones base (o sumar antenas) y orientarlas bien para lograr mayor cobertura haciendo un eficiente uso del espectro; la otra es sacar provecho a los enlaces satelitales. En zonas sin energía eléctrica de muy pocos habitantes y menores ingresos económicos se buscará alternativas para conectar los equipos. Existen lugares muy distantes que carecen de presencia del Estado y darles conectividad con aplicaciones para realizar trámites en una forma de enlazarlos, comentó.        

El viceministro Virgilio Tito Chura añadió que, por lo pronto, para reducir el temor de estas poblaciones sobre el daño que pueden producir la radiación de las antenas en la salud han creado la App “Más conectados”, la cual ya se puede descargar en teléfonos con el sistema operativo Android. El aplicativo permite verificar el nivel de radiación no ionizante que emite la antena más cercana al usuario y posee además un chatbot y un enlace a un call center para atender consultas de los usuarios las 24 horas del día, tanto en español, como en quechua y aimara. 

Propuestas para el adulto mayor 

Sergio Scarabino, representante de la UIT (unión Internacional de Telecomunicaciones), propuso que, para atender a la población mayor de 60 años, se requiere hacer un trabajo coordinado entre el sector público y privado. Ellos tienen menor capacidad de conectarse y sacar provecho al internet y sería importante considerarlos dentro de la política nacional que se está diseñando.  Recalcó que se puede arreglar la forma de participación público y privado en zonas que no son factibles como negocio, pero con una visión de potenciar la productividad y la actividad económica del lugar para prepararlos para vivir a la larga sin subsidios. “Los invitamos a trabajar con nosotros, porque la UIt somos todos. Las puertas están abiertas para lograr un impacto real en los ciudadanos, incluidos los adultos mayores, que requieren capacitación”, señaló. 

La alfabetización digital del adulto mayor debería estar a cargo de las municipalidades, que son la primera cara del Estado frente a estas poblaciones, añadió Rafael Muente, presidente del Osiptel. Agregó que esta debe darse de una forma lo menos arrogante posible, diseñando estrategias y aplicaciones acordes al grupo poblacional y la zona. Se requiere entender cada provincia y darles “un Coquito” pensando en el segmento de mercado que representan si se quiere lograr un verdadero aprendizaje, comentó. 

Erick Iriarte, CEO de eBIZ, coincidió en que se debe diferenciar bien a cada segmento, porque existe mucha disparidad. El acceso a internet sigue siendo sobre todo costeño y urbano. Un adulto mayor limeño lleva por lo menos 20 años usando internet y dentro de vente años se incorporarán a este grupo los nativos digitales. Si les vas a dar un servicio bancario, hay que pensar en usar letras grandes y menos botones, además de diseñar interfases especiales atendiendo a las deficiencias físicas y cognitivas. Pero en la selva, además, hay que pensar bien en el diseño de los servicios de formación de habilidades digitales, atendiendo a su nivel de aprendizaje y venciendo la auto-discriminación (“yo no sé, no sirvo”). 

En Europa, comentó Iriarte, se están estableciendo mecanismos para atender a esta población, por ejemplo, cajeros “móviles” que van donde está el adulto mayor o capacitaciones en sus centros de encuentro. Lo importante, resaltó, es diseñar políticas acordes al grupo etario y geográfico, poniendo foco en la sierra, la selva y la zona rural, que es la menos conectada. No podemos preocuparnos solo por los niños. Hay que identificar y desarrollar soluciones innovadoras para incluirlos”, enfatizó.  

No son un grupo homogéneo, añadió Roxana Barrantes, investigadora principal del IEP. Las políticas deben hacerse comprendiendo las diferencias no solo sociales sino los distintos rangos de edad de los adultos mayores, complementó. A determinada edad se tiene menos fuerza en las manos, citó como ejemplo, y se requieren equipos livianos, pero con capacidad de mostrar caracteres grandes. A la diferencia de edad se suma que quienes han estado por debajo de la línea de pobreza no tienen una pensión porque han pertenecido al mercado laboral informal y siguen trabajando para subsistir: no tienen una edad de retiro.  

El nivel socioeconómico y la brecha de género se manifiestan más intensamente en estos grupos y requieren una mirada distinta, la cual se logrará con mayor investigación de cada segmento, dijo Barrantes. El diseño de políticas debe ser acordes a cada grupo, sobre todo en regiones como las ubicadas en la selva, donde encontramos patrones y realidades de consumo que se acercan más a las experimentadas en los países africanos, comentó.   

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