En el encuentro previo a la conferencia “Internet para la confianza” se enfatizó la necesidad de mayor estudio sobre cómo debe ser la guía a aplicarse al momento de realizar regulaciones a los contenidos en internet sin afectar la libertad de expresión y los derechos humanos.
Del 21 al 23 de febrero del 2023, en la sede de la Unesco, en París, se está realizando la conferencia “Internet para la confianza” (i4T). Su foco está en crear una guía (directrices) para regular las plataformas digitales, con el fin de mejorar la fiabilidad de la información y proteger la libertad de expresión y los derechos humanos.
Previo a ello, el 20 de febrero, el capítulo latinoamericano del organismo, junto a Observacom, organizaron una reunión presencial con diversos expertos para debatir el tema. El encuentro se tituló “Transparencia, moderación de contenidos y libertad de expresión. Perspectivas multi-actor en América Latina”, y en el que participó el CEO de eBIZ, Erick Iriarte Ahon.
De acuerdo a la Unesco, América Latina es una de las regiones que lidera el debate sobre los derechos digitales y la regulación de las plataformas de Internet. En éste se está teniendo en cuenta la cultura, así como los muy diversos contextos sociales y políticos de los países de la región.
Pedro Vaca Villarreal, relator especial para la Libertad de Expresión de la OEA, comentó en la reunión latinoamericana que desde el 2021 se ha iniciado la conversación interna sobre el tema, pero se ha visto deteriorado el debate por un problema de liderazgo público. Además, dijo, hay un déficit de alfabetización digital que aún no está siendo atendido e impide que todas las voces sean escuchadas. Hay mucha inversión en infraestructura, pero falta dedicar recursos a la alfabetización, remarcó.
Para combatir los discursos de odio hay una falta de moderación de contenidos, pero el desafío es como lograrlo sin afectar las libertades. Hay avances en el diálogo, dijo, pero no todos pueden participar: de 30 países miembros solo seis han enviado insumos y 11 han manifestado su interés en el debate. En 2022 hubo conversación y hay ya un pedido formal para realizar un informe sobre mejores prácticas de inclusión digital, alfabetización digital y moderación de contenidos.
A su turno Amalia Toledo, especialista en políticas públicas de la Fundación Wikimedia, solicitó que al hacer la guía se tome en cuenta lo que implica la regulación a organizaciones como Wikipedia, en donde son los usuarios quienes deciden las políticas de contenido y comportamiento que van a gobernar estas plataformas e implementan de forma voluntaria el contenido. La fundación no decide ni impone, porque no tiene el control. Las plataformas que operan en la red no son un grupo homogéneo, hay más bien una variedad de modelos de funcionamiento que deben ser atendidas, remarcó.
Un debate más profundo
Erick Iriarte, CEO de eBIZ, alertó sobre la importancia de definir bien qué sucederá con los acuerdos de Libre Comercio (TLC) suscritos en Latinoamérica con Estados Unidos u otros países, toda vez que incluyen cláusulas de no responsabilidad para proveedores plataformas y si existiera una obligación al respecto, los países de la región alegarían este punto para no cumplirla.
Raúl Echeberría, director ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI), consideró que hay temas básicos en los que es fácil ponerse de acuerdo sobre la necesidad de una regulación en torno a la transparencia, pero existe mucho por debatir y concertar en torno al control de contenidos. Hay que definir bien qué son los contenidos de odio para lograr una solución balanceada para todo tipo de realidad, por eso se requiere optimizar el diálogo público para trabajar más en cómo se podrá encontrar un consenso y lograr soluciones balanceadas.
Coincidió en la necesidad de tener un proceso de debate más profundo Agustina Del Campo, directora del Centro de Estudios en Libertad de Expresión y Acceso a la Información (CELE) de la Universidad de Palermo. Ella dijo que la propuesta de la Unesco tiene un objetivo loable, pero los procesos apresurados no son los mejores: aún falta detallar bien desde el punto de vista jurídico cómo proteger la libertad de expresión en internet y diferenciar adecuadamente lo lícito de lo ilícito. Además, dijo, existe el problema de definir cómo será la supervisión de las obligaciones a imponerse.
“Aún no se ha dado una buena discusión”, remarcó Del Campo tras recordar que a las plataformas como infraestructura, de pago, que son intermediarios y no hacen contenido, no se les puede exigir moderar el contenido.
En la propuesta, que se está debatiendo en la Unesco, se reconoce la no responsabilidad de intermediarios, pero requiere mayor desarrollo para fortalecer lo expuesto, alertó Catalina Botero Marino, miembro del Consejo Asesor de Contenido de Facebook, miembro de la catedra Unesco y ex-relatora para la Libertad de Expresión de la OEA.
Botero enfatizó que los intentos de regulación todavía no tienen enfoques diferenciados y se debe trabajar en evitar la concentración en la supervisión. La moderación de contenido no es simplemente decir “esto no va” sino que implica regular todo el sistema, a nivel de estructuras y cuidando de lograr la participación de todas las voces, desde el indígena hasta la empresa multinacional. Un sistema complejo requiere una coordinación entre todos, sin darle todo el poder al Estado.
El Estado como regulador no será suficiente y la autorregulación de las plataformas tampoco, coincidió Gustavo Gómez, director ejecutivo de Observacom. En la región ya hay ansias de regulación, haya o no guía de la Unesco, así que es importante sumarse al debate y darle el plazo adecuado para lograr un buen documento y una guía robusta con políticas acordes a las problemáticas que vive la región.
Libertades bajo la lupa
Para Iriarte, se debe cuidar el irrestricto respeto a la libertad de expresión de todos sin censura previa. Lo que se puede hacer es aumentar las responsabilidades ulteriores del ejercicio de dicha libertad. “Regular implica entender que vas a regular. Regular por miedo o porque no encontraste caminos de cooperación termina volviéndose un búmeran porque alguien debe decidir que contenido regular y tarde o temprano los sesgos humanos se imponen”, comentó.
La periodista brasileña Bia Barbosa, representa a la sociedad civil que ha participado en el debate en Brasil por la aprobación de la Ley N° 2630, comentó que ahora es el momento de realizar ajustes para aprobar un modelo de regulación robusto que ponga reglas ante quienes difunden contenido en redes para evitar los discursos que atentan contra los derechos humanos, fomentan el odio o difunden fake news. Se debe buscar controlar los procesos, no las libertades, resaltó.
Sepa más: La conferencia “Internet para la confianza”, cuenta con más de 4000 participantes de todo el mundo entre gobiernos, organismos reguladores, empresas digitales y sociedad civil. Incluye más de 20 eventos paralelos por parte de diferentes organizaciones que se reunirán en la sede de la Unesco.