Este año se planean 15 subastas de espectro en América Latina

Para reducir la brecha digital en Latinoamérica y el Caribe es necesario disminuir los obstáculos normativos, comentan expertos de 5G Américas y GSMA.
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Según los expertos, el espectro para 4G y 5G es un recurso necesario para concretar la reducción de la brecha de conectividad, pero no es la única vía para reducir la brecha de uso, que según GSMA asciende al 31% de la región.

Este mes Proinversión realizó la licitación de dos bloques de espectro (60 MHz) en la banda AWS-3 y uno de 30 MHz en la de 2,3 GHz, ambas ideales para el despliegue de la tecnología 4G. El ganador del concurso, Bitel, ofreció dar la cobertura con servicios móviles en 2640 localidades por la banda AWS-3 y 1185 localidades por la de 2,3 GHz.

Gracias a esta licitación, el Perú se ubica entre los tres países de la región latinoamericana con más espectro asignado a los operadores móviles en las bandas denominadas medias y bajas, es decir de menos de 6 GHz. Brasil es el país que más espectro tiene asignado ahí, con 1000 MHz, seguido de Uruguay con 815 MHz, según información proporcionada por 5G Américas. El Perú, hasta antes de esta licitación, tenía 679,2 MHz pero ahora supera los 760 MHz. Chile queda cuarto con 710 MHz.

En la región, este año, está prevista la licitación de espectro en 15 países, tres de las cuales ya se concretaron: la de Perú, Uruguay y Guatemala, detalló José Otero, vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Américas. Están pendientes de concretarse las de tres grandes mercados: Argentina, Colombia y México, añadió.

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Salvador adjudicó en febrero pasado 30 MHz en la banda de AWS (Advanced Wireless Services), comprendida en 1700-2100 MHz. Panamá abrió una licitación orientada al ingreso de un tercer operador celular en el país. Argentina realizará una concesión de 300 MHz en la banda de 3,5 GHz y Chile estaría preparando una nueva subasta de espectro también para la de 3,5 GHz. En dicha banda Perú también preparará un concurso, pero luego de acabar su reordenamiento.

En dichos procesos, Otero consideró que será difícil conseguir que ingrese un nuevo operador e incluso algunas grandes empresas no estarán dispuestos a participar en los concursos. Eso se debe no solo a la complicada situación económica que se vive en el mundo, sino que se están requiriendo compromisos de inversiones a mediano plazo para conectar zonas rurales, algo que algunos consideran más costoso. “En muchos casos no resulta exitoso quien tiene más poder financiero”, alertó, tal como ha sucedido en Perú, donde Bitel ganó a Entel y Claro, empresas con mayores ingresos y mejor participación de mercado.

El tendido de redes es complicado por la regulación heterogénea existente en países latinoamericanos y caribeños, explicó. El despliegue de infraestructura está sujeto a la gestión de permisos y autorizaciones a nivel nacional y municipal con una multiplicidad de requisitos bajo criterios heterogéneos [ver infografía de 5G Américas]. Eso genera demoras y encarece las obras necesarias para ampliar y mantener la calidad de los servicios prestados por los operadores.

En la región, este año, está prevista la licitación de espectro en 15 países, tres de las cuales ya se concretaron: la de Perú, Uruguay y Guatemala. Están pendientes de concretarse las de tres grandes mercados: Argentina, Colombia y México.

Detalló José Otero, vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Américas.

“La complejidad y heterogeneidad normativa que ha existido por años para el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones se vuelve más preocupante, si consideramos que la evolución tecnológica y avance de la 4G, y el inminente despegue de 5G en la región requerirán de enormes esfuerzos e inversiones por parte de los operadores. Es necesario seguir revisando y disminuir los obstáculos para evitar el rezago de la región en el acceso a las tecnologías más recientes”, indicó José Otero.

Brecha pendiente  

La lentitud en el tendido de infraestructura impacta en el servicio brindado a la población, refirió Otero, y complica la reducción de la brecha. Las licitaciones de espectro son necesarias, pero hay mucho más por hacer.

La brecha digital está ensanchada por la falta de dispositivos, software, aplicaciones y habilidades para aprovechar la conectividad, aclaró. “No solo se trata de tener 5G. No siempre se necesita la tecnología de punta para atender las necesidades de las regiones. En estos momentos, los despliegues son demasiado costosos como para acabar con la brecha digital en todas las zonas. Va más allá de lo que hagan los operadores o la tecnología, porque está la pobreza, la dificultad económica para poder sacarle provecho”, dijo.

Fuente: 5G Americas

“La brecha más significativa está en la demanda, no en la oferta”, añadió Lucrecia Corvalán, senior Policy and External Affairs manager de GSMA, durante un webinar organizado por 5G Américas. El 7% de la región no tiene cobertura, lo cual es una mejora frente al 16% que existía en el 2014, pero aún se tiene un 31% de la población que no utiliza medios digitales y no está conectado a internet, remarcó.

Las barreras van más allá de la infraestructura, explicó Lucrecia Corvalán. Se necesita brindar a la población rural contenido relevante en su idioma y desarrollar habilidades digitales, además de facilitar la accesibilidad. Aun cuando el acceso a internet ha bajado de precio, hay desigualdad en los ingresos dentro de los países y muchos no pueden acceder al servicio o a los equipos, dijo. Además, se requiere dejar de aplicar políticas fiscales cortoplacistas y cambiar las herramientas que no han resultado eficientes, como el manejo de fondos públicos para reducir la brecha.

“No hay solución única, pero sí hay alternativas comunes a las cuales se les puede prestar atención”, comentó Corvalán. Se puede reformar los fondos de servicio universal -por ejemplo, Fitel- luego de hacer un buen diagnóstico de cómo y a quién se va a beneficiar, diseñar subsidios para el acceso a los servicios en determinadas zonas o eliminar algún impuesto al comprar equipos, dijo.

Para lograr reducir la brecha entre seis y dieciséis puntos porcentuales, añadió, de todas maneras se requerirá un financiamiento adicional. Según los estudios de GSMA llegar a un 99% de cobertura implicará invertir US$1200 y US$3500 adicionales por ciudadano. Pero para cubrir la brecha de demanda será necesario invertir entre US$50 y US$360 adicionales por persona, aclaró.

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Para reducir la brecha de acceso y uso de tecnología en la región se requiere un trabajo articulado entre Estado y sector privado, sumado a beneficios tributarios en las zonas con menor poder adquisitivo desconectadas y la revisión de nuevos modelos de uso justo de las redes, estimó la asociación.