Juan Moscoso es director comercial de ventas para la región SOLA en Advanced Micro Devices (AMD), que abarca el sudoeste de Latinoamérica, desde Ecuador hasta Chile, lo cual le ha dado la posibilidad de conocer diferentes culturas y asumir distintos desafíos. En el caso del Perú, comentó, se requiere una renovación de infraestructura. Por ahora está renovación está sobre todo impulsada por el sector privado, que avanza más rápidamente que el Gobierno, donde se enfrenta el ruido político.
¿Cómo ha sido este año AMD en la región?
Yo creo que este año hemos tenido un punto de inflexión dentro de la compañía. Sabes que AMD tiene ya más de 56 años en la industria, ingresos anuales de más de US$26 000 millones [US$7 685 millones el segundo trimestre del 2025], de los cuales casi un cuarto se invierte en investigación y desarrollo. Somos más de 28 mil empleados a nivel mundial y eso también nos posiciona de una manera excelente en términos de cobertura. Creo que el punto de inflexión se da gracias a lo que acarrea la inteligencia artificial (IA).
¿Qué motivó exactamente ese punto de inflexión?
AMD es uno de los pioneros en términos de infraestructura abierta, código abierto, y el uso de herramientas completamente abiertas nos permite tener una agilidad que marca un ritmo diferente a lo que son las tecnologías de origen propietario. En ese sentido, creo que suman la alianza estratégica con OpenIA, la cual marca un antes y un después de AMD en términos de apertura al mercado y pronósticos de crecimiento. También tenemos integraciones con Meta y Oracle. Eso nos ha puesto ante el desafío de poder desarrollar tecnología en conjunto para dar paso a nuevas generaciones de productos y al mismo tiempo ofrecer experiencia a usuarios de diferente manera.



El código abierto es en la actualidad una tendencia que está de moda. Antes era ir contracorriente. Incluso el mismo Microsoft, pasó de antagonista a aliado. ¿Cómo percibe el mercado en este momento?
Creo que el código abierto en sí mismo ha hecho cambiar el paradigma, así como también AMD lo ha hecho a nivel de eficiencia energética, rendimiento y sustentabilidad. El código abierto ha generado esta visión que busca optimizar costos y dar una mayor flexibilidad a los distintos tipos de usuarios. […] En el mercado hemos visto cómo la inteligencia artificial (IA) está generando un cambio dramático y una aceleración. Creo que la única manera de seguir este ritmo [de la IA] es gracias al código abierto porque permite esta flexibilidad.
La plataforma de software AMD ROCm™ (Radeon Open Platform) para IA, como tal, es un desarrollo de más de 10 años. Comenzamos nuestro primer desarrollo en 2015, pero ahora estamos viendo que este punto de inflexión en términos de disponibilidad de la tecnología nos permite llevarlo a las grandes marcas, que nos han visto con muy buenos ojos. La oferta es bastante amplia: desde Lenovo, HP, Dell, Asus, todos ellos ya tienen una oferta bastante robusta en términos de producto y eso también nos permite generar una mayor cobertura a nivel de soluciones que se puedan proveer a los distintos tipos de usuarios.
Claro, es un año de cambios y nuevos enfrentamientos. Basta recordar, por ejemplo, como DeepSeek logró con mucho menos presupuesto un rendimiento similar al de OpenAI y como esto golpeó a Nvidia. De hecho, China está tratando de desarrollar su propio hardware y se vale del código abierto para economizar. Ustedes también están del lado de los que usan código abierto, pero en occidente. ¿Cómo están orientando sus esfuerzos de desarrollo este año?
Bueno, desde el punto de vista de desarrollo de software, en agosto hemos liberado nuestra plataforma AMD ROCm™ versión 7.0, lo cual abre infinitas posibilidades para los desarrolladores. Inicialmente nuestra oferta de software apuntaba principalmente a Centros de Datos, sin embargo, como finalmente el objetivo de AMD es buscar democratizar el acceso a la tecnología, AMD ha liberado un desarrollo de software para poder desarrollar infraestructura preparada para IA y High Performance Computing desde el lado del cómputo de usuario [final].
«[L]a inteligencia artificial (IA) está generando un cambio dramático y una aceleración. Creo que la única manera de seguir este ritmo [de la IA] es gracias al código abierto porque permite esta flexibilidad».
Ahora una notebook viene equipada para poder hacer desarrollos y consumir herramientas de IA. Nuestras workstations también. Desde el cómputo de usuario final hasta el data center, estamos no solo entregando el mejor rendimiento a nivel de plataforma, sino el stack [pila] de software que finalmente provea a los desarrolladores el poder de interiorizar la IA.
Leí recientemente que alguien decía: “quien cree que IA es solo una moda y no lo toma en serio o no aprende a utilizarla, puede estar en serios problemas, porque esto es más que una moda”. ¿Qué opina al respecto?
Hay dos tipos de usuarios en el mundo, los que ya están usando IA y los que la usarán. Nosotros como usuarios estamos consumiendo IA desde que encendemos el televisor para ver Netflix. Ya los algoritmos de predicción de contenido están utilizando herramientas de inteligencia artificial potenciadas por AMD para poder recomendar contenido a los usuarios.
El retail también está utilizando algoritmos de IA para sacar perfiles de sus usuarios. Y esto no es nuevo, viene desde hace más de 10 años. Los clientes usan la IA sin que la gente lo sepa. Y en la medida que uno va entendiendo que efectivamente somos parte de la inteligencia artificial, la puede aprovechar de mejor manera. Más que un enemigo, es un colaborador en nuestras tareas diarias al que podemos sacarle el mayor provecho.
«Perú necesita establecer en dónde quiere verse en los próximos cinco o diez años comparado con el resto de la región, y a partir de eso, ir definiendo los próximos pasos para lograr su desarrollo tecnológico».
Desde AMD, ¿esto qué implica? Me mencionó las alianzas, ¿Cuáles son los beneficios que estas brindan?
En particular tiene que ver con esta orientación a democratizar la tecnología. Desde el punto de vista de un usuario, un alumno en su colegio pueda tener acceso a ella. En Lima, por ejemplo, tuvimos una excelente reunión con el Minedu [Ministerio de Educación]. Desde AMD estamos trabajando activamente en algunos programas y buscamos estas alianzas para proveer tecnología a escuelas rurales. Así, gente para la que era impensado tener acceso a la IA ahora les será posible. Entonces, creo que ahí está el real cambio. Lo que AMD se ha propuesto es democratizar esta tecnología, hacerla accesible y que no existan barreras de acceso. Si nos ponemos en perspectiva y miramos 10 años atrás, era algo muy ideológico, pero al ritmo que estamos avanzando hoy, cualquier idea que hubiésemos tenido 10 años atrás, hoy puede ser una realidad.
¿Cómo ves el mercado latinoamericano? En general, solemos ir un poco rezagados, pero dicen que con la IA tenemos las mismas oportunidades…
El código abierto le da la oportunidad a todo el mundo para utilizar la IA de inmediato, sin realizar una gran inversión, y en ese aspecto nos pone en el mismo nivel a todo el mundo. La clave es el código abierto, que nos da esas alternativas de poder explorar e ir más allá. Y gracias a la democratización, a través de una computadora personal o una workstation, la gente ya pueda explorar y trabajar sobre algoritmos de inteligencia artificial. Eso también nos abre oportunidades y nos permite romper esa barrera y comenzar desde algo muy pequeño y poder proyectarse algo mucho más superior. Sin embargo, en términos de inversión pública, Latinoamérica sigue al debe, no nos podemos comparar a las grandes inversiones de los gobiernos de Estados Unidos, Asia o Europa. Esa es nuestra falencia: falta que los organismos públicos o el Estado directamente dispongan de presupuesto en investigación y desarrollo.
¿Y el Perú?
Existe la disposición de trabajar, sin embargo, está el escenario político, que sigue siendo muy inestable y eso de alguna manera pone barreras a la estabilidad necesaria para definir un programa. Además, está la falta del talento que esté preparado para desarrollar soluciones. Es distinto, por ejemplo, en Uruguay, que, aun siendo un país tan pequeño, con una población de no más de tres millones y medio de habitantes, tienen una estabilidad y una proyección que ponen la tecnología por delante, independientemente del color político. Perú necesita establecer en dónde quiere verse en los próximos cinco o diez años comparado con el resto de la región, y a partir de eso, ir definiendo los próximos pasos para lograr su desarrollo tecnológico.


