La piratería de contenido audiovisual continúa siendo un gran dolor de cabeza para los productores multimedia a nivel global y en el Perú se cuenta con uno de los mercados más grandes de la región, reveló el último informe elaborado por Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (Cet.la), una iniciativa de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).
El reporte “Dimensión e impacto de la piratería online de contenidos audiovisuales en América Latina”, con resultados actualizados a 2023, contiene un análisis sobre el problema de la piratería de contenidos en línea, centrándose en la disponibilidad del material audiovisual ilegal, el tamaño de su audiencia y la naturaleza de las interacciones dentro de sitios ilícitos.
También se presenta un estimado de las pérdidas potenciales para el sector oficial de contenidos en línea y el tamaño de mercado de jugadores ilegales en la región. Se estudian varios escenarios para establecer tanto pronósticos moderados como el máximo posible.
En un escenario estrecho, según el reciente reporte de Cet.la, la ganancia anual por piratería de América Latina asciende a US$33 millones, en uno medio, de mayor probabilidad, sube a US$257 millones y llega a US$995 en un escenario amplio.
Argentina es el país de la región con el mayor mercado de piratería, valorado en US$103 millones. Lo sigue Perú, con US$44,4 millones, y completa el podio Ecuador con US$33 millones. Luego están Bolivia, Uruguay y Costa Rica.
En cambio, si se analiza el valor de potencial de mercado de video en demanda (lo descargo y lo pago en línea) los analistas estiman que en el Perú podría llegar a generar, sin piratería, entre US$217,6 millones y US$ 87 millones, mientras que en Argentina estarían en US$ 107,2 millones y US$ 42,9 millones. Luego vendrían Ecuador, Bolivia y Uruguay.
En un escenario estrecho, según el reciente reporte de Cet.la, la ganancia anual por piratería de América Latina asciende a US$33 millones.
En cuanto a las pérdidas para el mercado formal, las afectaciones económicas de esta práctica ilegal son millonarias porque abarcan tanto la piratería de señales de televisión de paga en sus distintas modalidades como la piratería audiovisual en línea, que tiene un crecimiento constante, según Alianza Contra la Piratería Audiovisual (Alianza).
Alianza cita a Business Bureau Media (BB Media), quien calcula que los proveedores legales pierden aproximadamente US$2674 millones al año por estas prácticas en la región, mientras que la pérdida de los programadores asciende a US$1913 millones. Asimismo, por la piratería de señales, los gobiernos en América Latina dejan de recaudar impuesto por unos US$809 millones al año.
En materia de piratería, en línea BB Media señala que su consumo podría implicar una pérdida potencial de hasta US$7662 millones para la industria de la televisión de paga. En este rubro, las pérdidas de recaudación por impuestos para los gobiernos podrían ser de US$1350 millones anuales, de acuerdo con el reporte de Investigaciones de Alianza del 2023.
Argentina es el país de la región con el mayor mercado de piratería, valorado en US$103 millones. Lo sigue Perú, con US$44,4 millones, y completa el podio Ecuador con US$33 millones.
StreamSafely, una iniciativa de la organización no gubernamental CTAM, indica que a nivel global la piratería digital de video como streaming representa entre 50% y 80% del contenido pirata en internet.
Este tipo de piratería generó en 2022 más de US$50 mil millones en pérdidas para la industria de televisión y cine en el mundo, mientras que en 2010 la cifra era solo de US$6,7 mil millones. En América Latina, tan solo en Brasil y México, en 2022 se estimaba que la cifra llegaría a US$2,6 y US$1,6 mil millones, respectivamente.
“Otros estudios, como el de Muso y Kearney, estiman que el contenido pirata de video en línea podría llegar a representar US$75 mil millones en pérdidas para el sector de medios masivos de contenido. Se proyecta que para 2028 llegaría a US$125 mil millones con un crecimiento anual de casi 11%”, cita el informe promovido por Asiet.
La ganancia anual por piratería de América Latina asciende a US$33 millones, en uno medio, de mayor probabilidad, sube a US$257 millones y llega a US$995 en un escenario amplio.
Altamente disponible
De acuerdo con el análisis sobre la disponibilidad de contenidos pirata de cet.la, es muy fácil para los usuarios acceder al contenido ilegal. En una búsqueda en línea de contenido audiovisual, casi dos de cada 10 resultados de búsqueda dirigen a material no oficial.
De los más de 6 millones de resultados totales analizados en motores de búsqueda, redes sociales y marketplaces, son ilegales alrededor de 1,1 millones de ellos, es decir el 17%. Además, destacan que una de cada dos visitas a sitios con contenido audiovisual fue a un dominio ilegal.
El informe advierte que los usuarios que acuden a los sitios pirata de contenidos audiovisuales se exponen a riesgos como infecciones de malware, intentos de phishing y contenido inapropiado. En promedio, indican, un usuario necesita siete clics para iniciar la reproducción de un título específico en sitios pirata, y cada clic representa un riesgo. En la prueba se detectaron 163 anuncios únicos, de los cuales el 69% eran de productos (automóviles, electrónica, apuestas, etc.) y el 17% eran anuncios de phishing de finanzas.
El informe advierte que los usuarios que acuden a los sitios pirata de contenidos audiovisuales se exponen a riesgos como infecciones de malware, intentos de phishing y contenido inapropiado.
Respuesta integral
Desde Asiet recomiendan un trabajo conjunto y articulado a nivel regional para atender esta problemática. “Es vital generar sinergias a nivel regional para hacer frente a estos grandes jugadores del entorno ilegal, a través de la colaboración y coordinación internacional y regional para generar estrategias entre el sector público y privado”, señalan.
La piratería en línea es manejada por grandes jugadores ilegales, con capacidad de operación en toda América Latina, destacan, y se necesita una respuesta muy bien organizada. “Tienen amplia capacidad técnica para montar infraestructura y plataformas de distribución y transmisión ilegal con estrategias de posicionamiento en motores de búsqueda, redes sociales, marketplaces y tiendas de aplicaciones”, advierten.
Se requiere innovar en tácticas de bloqueos administrativos y judiciales, añaden, así como una regulación de la publicidad en línea y la formación de los usuarios en ciberseguridad. Hay que implementar medidas de monitoreo e identificar modelos de operación para neutralizar a los agentes involucrados siguiendo las mejores prácticas internacionales en la materia, remarcan.