Un genio generalmente especial

El autor David Epstein respondió a ¿Vivimos en una sociedad de profesionales especializados o en un mundo hecho para generalistas? con su propia vida


Columnista invitado: Hans Rothgiesser


¿Vivimos en una sociedad de profesionales especializados o en un mundo hecho para generalistas? Este es un tema al que el autor David Epstein ha dedicado un libro. Y el argumento que desarrolla se evidencia en su propia experiencia.

Epstein estudió ciencia ambiental e hizo carrera brevemente en ese campo. Publicó en revistas científicas indexadas, trabajó como investigador ecológico en el ártico, estudió la geología y la astronomía estacionado en el desierto Sonora y, de no haber sido atacada por piratas, habría realizado investigación sísmica en una plataforma en el mar. Es decir, Epstein estaba bastante comprometido con una carrera aplicada en ciencia. Esto es, hasta que comenzó a escribir sobre deportes en la revista Sports Illustrated.

A pesar de que comenzó en esa publicación en un puesto relativamente bajo, Epstein comentaba que era tratado como si fuese un ganador de un premio nobel por entender matemáticas y estadísticas muy por encima del reportero promedio de una publicación que comenta deportes. La mayoría eran periodistas con una carrera en letras y habían llevado pocos cursos de números. O eran aficionados al deporte que habían logrado filtrarse a un trabajo que les permitía vivir de escribir sobre lo que les apasionaba.

Dominar estadística a un nivel superior que sus compañeros le permitió ascender en la organización. De hecho, la calidad de sus artículos fue tan buena, que hasta tres de ellos han sido considerados para ser adaptados a películas. Ha llegado a ser expositor en las prestigiosas series de conferencias TED Talks hasta dos veces. Sus artículos han sido reconocidos por la Sociedad Profesional de Periodistas y el Centro Nacional para Periodismo y Discapacidad. Ha sido incluido en la antología Mejor Escritura Americana sobre Ciencia y Naturaleza.

Epstein considera en su libro Range que el mundo actualmente está orientado a contratar y explotar a especialistas. Una empresa de construcción, por ejemplo, prefiere organizarse de tal manera que necesite a un número definido de especialistas en cada una de las etapas del proyecto. De esta manera se aprovecha una serie de eficiencias y la empresa es más competitiva. El, por otra parte, es lo que él mismo llama un generalista, de los que suelen romper esos esquemas. Y cuando la combinación de conocimientos y habilidades es la adecuada, puede permitirle a la empresa dar un salto en eficiencia de una manera que no había previsto. Ése es el caso del mismo Epstein, que le permitió a la revista Sports Illustrated publicar artículos con un tipo de análisis distinto al que habían tenido previsto con una plana típicamente periodística como todas las revistas de su tiempo.

Entonces, ¿deberíamos replantear la educación para que todos seamos generalistas, como lo fue Epstein? Él asegura que no. Que los generalistas pueden aportar tanto en estos escenarios, porque hay especialistas que lo hacen posible. Que han generado la data especializada para orientar al generalista, por ejemplo. En ese sentido, no se trata de promover solamente especialización o solo generalización, sino un equilibrio entre ambos. Que hay personas con actitudes para una opción y otros para la otra. Hay que darle a todos la posibilidad de elegir lo que quieren hacer. No obstante, el modelo educativo que tenemos actualmente no favorece eso, sino, por el contrario, la especialización. Y la forma como funciona el mercado laboral también.


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