Se eleva proporción de mujeres que acceden a internet, pero aún persisten asimetrías

En los últimos años las mujeres han avanzado en el acceso a Internet, pero todavía enfrentan algunos desafíos, como incrementar su participación en profesiones ligadas a las tecnologías o ciencias matemáticas y recibir el mismo salario que los hombres.

De acuerdo con los reportes del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), en los últimos años se ha elevado la cantidad de mujeres que acceden a internet: Entre el 2015 y el 2020, la proporción de mayores a los seis años que tuvieron acceso a este servicio aumentó en 23,8 puntos porcentuales, llegando a una penetración de 62,3%. En el área urbana, el alza fue de 22,8 puntos, dado que pasaron de 46,6% en el 2015 a 69,4% en el 2020, mientras que en el área rural se pasó de 9,8% a 31,8% en el mismo periodo de años.

Para el tercer trimestre del 2021, INEI informó que la penetración del uso de Internet había alcanzado al 73,9% de las mujeres. Aunque esta cifra representa un avance, dado que es 11,6 puntos más de lo registrado en el 2020, aun es inferior a la de los hombres (78,2%) por poco más de cuatro puntos. La tendencia en la reducción de brecha de género evidenciada coincide con la del último estudio elaborado por la Fundación Telefónica, donde se establece que en nuestro país, entre los años 2016 y 2019 se ha ido acortando esta brecha de seis a tres puntos porcentuales.

También lo establece como tendencia el informe del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) elaborado por los investigadores Aileen Agüero, Monserrat Bustelo y Mariana Violaz en el 2020. En dicho documento se concluye que, en términos de brechas de género en el acceso y uso de las tecnologías de la información, América Latina y el Caribe se encuentra mejor posicionada que otras regiones en desarrollo del mundo y ha tenido notables progresos, aunque los buenos resultados de países como Argentina, con solo cuatro puntos porcentuales de brecha, se ven contrastados por los encontrados en Perú (18 puntos a favor de los hombres).

Las brechas de género se extienden a las llamadas “Habilidades del siglo XXI”, entendidas como la capacidad de usar la tecnología y desenvolverse en un entorno laboral digitalizado.

El informe del BID reconoce que la brecha en el uso de internet es significativa en sólo tres países de la región: Ecuador, Guatemala y Perú, con 8,16 y 11 puntos porcentuales, respectivamente. Las barreras que impiden el acceso a un móvil o una PC con conexión a internet, añaden, están ligadas en el caso de las mujeres, no solo a falta de recursos financieros sino sobre todo a falta de conocimiento sobre cómo sacarle provecho.

La brecha de habilidades digitales es una de las barreras para el acceso a las tecnologías y afecta, en mayor medida, a las mujeres de los países de sudamérica, afirman. Si bien la barrera principal para ellas es acceder a un telefono o computadora, la diferencia está en el uso que se le da a los dispositivos. Una vez que las mujeres tienen acceso, aparecen diferencias de género importantes frente a las formas en que las emplean los hombres. Las mujeres hacen un uso más limitado, y a nivel laboral lo utilizan más que todo para delivery en compras para el hogar.

El reporte del BID advierte que las brechas de género se extienden a las llamadas “Habilidades del siglo XXI”, entendidas como la capacidad de usar la tecnología y desenvolverse en un entorno laboral digitalizado. En países miembros de la OCDE, las mujeres se encuentran mejor posicionadas que los hombres en términos de estas habilidades en uso de medios digitales, pero están por debajo en términos de la formación en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática. En América Latina y el Caribe, aclaran, los hombres superan a las mujeres en todos estos grupos de habilidades y las pone en desventaja a la hora de enfrentar las transformaciones propias de la Cuarta Revolución Industrial.

El informe señala que solo 3 de cada 10 trabajadores en el área de matemáticas y ciencias de la computación de nuestra región son mujeres y reciben un salario 40% inferior al de los hombres empleados en las mismas áreas. En las carreras ligadas a la tecnología solo representan el 28% de los graduados. Esta segregación educativa y ocupacional, concluyen, provoca que las mujeres se encuentren rezagadas con respecto a los hombres en el uso de habilidades digitales cognitivas para el uso de tecnologías y en el empleo en sectores tecnológicos. Esto, a su vez, implica un riesgo de exclusión de los posibles beneficios de la innovación tecnológica.

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