El desarrollo sostenible de todo proceso productivo es vital en países vulnerables al cambio climático, como el Perú, y la minería no es la excepción. Al contrario. Tratándose de un país minero, donde por cada S/1000 de exportaciones mineras el PBI se incrementa en S/1404, cobra particular importancia el cuidado de todo el viaje del mineral, incluyendo la cadena de suministro.
Pensando en esa necesaria adaptación al cambio climático del país, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), encargó el “Estudio económico y el estado de la sostenibilidad de las cadenas de suministro en la minería del Perú”, el cual se centra en la producción del cobre.
El economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), Gonzalo Manrique Bohorquez, estuvo a cargo de la presentación del informe, lo cual fue precedido por las reflexiones sobre la materia del viceministro de minas Henry Luna Córdova y debatido luego con una mesa de expertos.
Manrique comentó que hay una tendencia a mayores exigencias con la minería, lo cual incluye a la cadena de suministro, porque existe una mayor preocupación por la trazabilidad del mineral desde el descubrimiento de un yacimiento hasta el cierre de la explotación.
La gran minería (10 grupos) abarca el 91% de la producción nacional, que fueron 100 mil toneladas de cobre en 2023, y cubre la mayor parte del proceso productivo, detalló. La cadena de suministro abarca desde la extracción hasta el despacho al exterior. Se suele encargar a terceros el transporte, el despacho, la descarga de mineral, la gestión en puerto y actividades complementarias como seguridad, limpieza, soporte y alimentación.
Hasta 2021 se tenían 7839 proveedores mineros, los cuales generaban el 4% del PBI nacional. De dicho total, al menos el 65% eran microempresas, añadió Manrique. “En los últimos 20 años se han creado más de 5 mil nuevos proveedores, la gran mayoría pymes o mypes”, enfatizó.
La ruta hacia la sostenibilidad, dónde el Perú se encuentra en transición, no solo representa un beneficio para la propia empresa y el entorno, sino que estimula la innovación y la economía, pero demanda grandes esfuerzos a los proveedores pequeños, para quienes los gastos en procesos de certificación e innovación son muy costosos.
Las grandes mineras destinan hasta la mitad de su gasto en proveedores locales, por ejemplo tenemos a Southern quien destinó un 52% en 2022 y Cerro Verde un 37%), pero es sobre todo en construcción y transporte donde se encuentran más pequeños jugadores.
A su vez, Ferreyros tiene el 34% de la maquinaria pesada importada y Exsa-Orica el 85% de la importación de nitrato de amonio al Perú, citó Manrique como ejemplo. El resto suelen ser mypes locales con niveles de ingreso bastante reducidos.
“En los últimos 20 años se han creado más de 5 mil nuevos proveedores (…) Hasta 2021 se tenían 7839 proveedores mineros, los cuales generaban el 4% del PBI nacional. De dicho total, al menos el 65% eran microempresas”.
Gonzalo Manrique Bohorquez, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE)
El 65% de las empresas proveedoras con menos de 50 trabajadores no tienen una certificación, acotó. En el caso de las empresas con más trabajadores las no certificadas representan el 23%. Las grandes mineras los instan a certificarse en procesos de cuidado del medio ambiente.
Se sabe que cerca del 40% de proveedores que no cuentan con un certificado de buenos procedimientos esperan obtener uno en próximos 12 meses, dijo. El ISO 9001 lo tiene la mayoría de grandes proveedores (71%), mientras que la mitad maneja el ISO 14001 (58%) y ISO 45001 (52%).
Manrique comentó que los procesos de certificación y la innovación son costosos para los más pequeños y el financiamiento público es de alcance muy limitado. “Solo el 16% de los proveedores recibieron financiamiento del Estado para proyectos de innovación hasta mayo del 2024. Del total de proyectos financiados por ProInnovate (Programa Nacional de Desarrollo Tecnológico e Innovación), del sector minería en 2023 eran el 1,2% mientras que en 2019 eran el 3,6%”, señaló.
“La cadena de valor de la mediana y gran minería está regulada por 232 procedimientos administrativos sustentados en 470 normas en las que participan 30 entidades. Pasó de estar subregulada –solo había 5 normas en 1991– a estar sobreregulada”.
Gonzalo Manrique Bohorquez, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE)
Vías de mejora
Los expertos coinciden en afirmar que un camino para mejorar la condición en que trabajan estos proveedores es lograr un “pasaporte minero” donde se reconozca el cumplimiento de buenas prácticas con estándares comunes a la mayoría de mineras. Hoy existen múltiples procesos para ser elegido proveedor, cada mina pide algo diferente, y es necesario homogeneizar criterios, aseguraron.
Además, se necesita modernizar y simplificar la regulación. “La cadena de valor de la mediana y gran minería está regulada por 232 procedimientos administrativos sustentados en 470 normas en las que participan 30 entidades”, indicó Manrique. “Pasó de estar subregulada –solo había 5 normas en 1991– a estar sobreregulada, complicando el quehacer de los pequeños que trabajan de manera formal”.
El Perú se encuentra rezagado en el desarrollo de su cadena de suministro y desarrollo sostenible implica pasar de rezagado, que solo aprovecha recursos existentes, a un estado avanzado, como Australia, que es impulsado constantemente por la innovación (economía inclusiva), comentó.
Existen iniciativas privadas, como el Hub de Innovación Minera del Perú y el Clúster Minero Andino SAMMI, está la Hoja de Ruta Tecnológica al 2030 y la mesa de trabajo de proveedores, pero todo está en etapas iniciales y no hay un vínculo fuerte entre la academia y la industria minera.
Gonzalo Manrique Bohorquez, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE)
No es que no se haya invertido o mejorado, pero nos falta aún mucho por hacer, añadió Manrique. “Entre 2010 y 2021 la minería ha invertido US$7523 millones en desarrollo sostenible a nivel nacional. El 28% se destinó a promover la productividad de la población en zonas de influencia. En 2021 fueron más de US$940 millones, pero eran US$ 691 millones en 2014 y US$255 millones en 2010”, precisó.
Hay varias iniciativas internacionales de sostenibilidad que se pueden seguir como ejemplos y tomar de las certificaciones los estándares a cubrir en la cadena de proveedores, añadió. A nivel país las minas están teniendo iniciativas individuales importantes. Se trabaja en el concepto de economía circular, el uso eficiente de agua, o el reciclaje de llantas.
A su vez, se está tratando de reaprovechar los relaves mineros y el uso de energía calórica de máquinas (temperatura de motores) para calentar ambientes. De hecho, todas las grandes mineras tratan y reúsan la mayor parte del agua que consumen y el 69,4% del agua tratada va para usarse en la agricultura.
Faltan montar más mesas de trabajo entre academia, sector público y privado. “El desarrollo sostenible requiere un sistema colaborativo entre los distintos actores de la cadena de suministro. El entorno actual favorece poco el trabajo coordinado”, señaló Manrique.
Existen iniciativas privadas, como el Hub de Innovación Minera del Perú y el Clúster Minero Andino SAMMI, está la Hoja de Ruta Tecnológica al 2030 y la mesa de trabajo de proveedores, pero todo está en etapas iniciales y no hay un vínculo fuerte entre la academia y la industria minera, comentó.
Ahora toca trabajar en ese vínculo, la homologación de criterios a exigir al proveedor y desarrollar una participación muy activa de las empresas mineras en la innovación, anotó.