Plataformas de streaming enfrentan nuevos desafíos

En medio de las alzas que regirán desde diciembre en el mercado peruano se observa una preocupación en el regulador de evaluar su situación frente a los operadores de telecomunicaciones. Por lo pronto, en la región hay una tendencia a elevar las suscripciones a opciones sin costo, pero con publicidad, según Comscore.
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De acuerdo con la última medición de Comscore, basada en encuestas aplicadas en octubre de 2024, en Latinoamérica sigue aumentando el consumo de videos en línea a través del televisor. Se ha pasado de 41% de los internautas en 2022 a un 55% el 2023 y este año se arribó al 59%.

Ivan Marchant, vicepresidente de Comscore Latam, explicó que este porcentaje al alza se refiere a usuarios CTV, es decir contenidos audiovisuales que se transmiten por medio de internet a televisores o dispositivos externos conectados a estos televisores, como las consolas de videojuegos o los decodificadores. Abarca a los contenidos difundidos en las plataformas de streaming pagadas como Netflix o de distribución gratuita, como YouTube o PlutoTV.

El 96% de ellos, refiere Marchant, ya tienen un Smart TV, o sea una pantalla con capacidad de conectarse por sí sola a internet y ven contenido audiovisual cuatro horas al día, en promedio, sobre todo a partir de las 7 PM. Además, hay un porcentaje importante de usuarios que ven streaming en sus teléfonos móviles (86%), sus computadoras (65%) o sus tabletas (34%).

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En esos casos no son considerados en la categoría CTV, pero sí se trata de OTT (Over The Top, por sus siglas en inglés) es decir contenido multimedia distribuido por internet. «CTV te permite ver contenido OTT, pero ese contenido también se visualiza en equipos móviles. El usuario hoy es multi-pantallas», aclaró.

Ivan Marchant detalló que en la región se tiene un promedio de 8.5 suscripciones a servicios de streaming, lo cual refleja un avance frente al 7.8 alcanzado en el 2023. Esto incluye servicios pagados o gratuitos. Las suscripciones a servicios pagos pasó de 4.2 en 2023 a 4.4 en 2024, pero los gratuitos, que incluyen visualizar publicidad, crecieron más, pasando de 3.6 el año pasado a 4.1 en la actualidad.

El consumidor latino está cada vez más dispuesto a visualizar películas, series o eventos en vivo con anuncios publicitarios a cambio de una menor tarifa o un consumo gratuito, como sucede con la TV tradicional, dijo. La preferencia hacia un tipo de oferta de servicio híbrido – modelos soportados por publicidad total o parcialmente – llega al 53% de los usuarios de CTV. «Las marcas, los anunciantes, deberían estar poniendo foco en esta oportunidad, porque aún no está saturado el ecosistema y el que llega primero tiene más ventajas», comentó.

«CTV te permite ver contenido OTT, pero ese contenido también se visualiza en equipos móviles. El usuario hoy es multi-pantallas».

Ivan Marchant, vicepresidente de Comscore Latam

Nuevos desafíos

Las plataformas de streaming se enfrentan este año a un nuevo panorama de oportunidades, según Marchant, porque no solo se está abriendo paso a un nuevo modelo de negocio híbrido, sino que se generan oportunidades de ingresos para las marcas.

Pero eso no es todo. También están los desafíos regulatorios. Osiptel inició este año una consulta temprana para analizar el funcionamiento de los servicios OTT. Los interesados pudieron enviar sus opiniones hasta el 16 de octubre del 2024. El objetivo es evaluar la presión competitiva que representan para los operadores de telecomunicaciones tradicionales, que invierten en la infraestructura que da soporte a los servicios que los OTT brindan. Quienes brindan el servicio de TV paga, ya sea vía cable o satélite, han manifestado que las plataformas de streaming no están sujetas a la misma carga regulatoria que ellos y son los que más tráfico generan en las redes.

Virginia Nakagawa, ex viceministra de Comunicaciones, alertó que esta indagación permitirá no solo ampliar la competencia del organismo regulador, sino sobre todo involucrar a los OTT en el financiamiento del despliegue de infraestructura. El tema es complejo y aún no está resuelto en otros mercados, aclaró, pero es importante evaluar si su participación genera o podría generar efectos negativos sobre el desenvolvimiento de la dinámica competitiva de los mercados de telecomunicaciones. Identificar si existen condiciones desiguales frente a aquellos concesionarios que invierten en infraestructura es el primer paso, enfatizó.

Ivan Marchant detalló que en la región se tiene un promedio de 8.5 suscripciones a servicios de streaming, lo cual refleja un avance frente al 7.8 alcanzado en el 2023. Esto incluye servicios pagados o gratuitos.

Subirán tarifas de Netflix y similares

Otro de los desafíos que enfrentan las plataformas de streaming son relativos a un alza en los costos dada la nueva normativa impuesta en el país. Tal como era de esperar, las tarifas de los servicios brindados por internet por empresas domiciliadas en el extranjero empezarán a pagar el Impuesto General de Ventas (IGV) el 1 de diciembre, lo cual implica un alza en los montos cobrados a los usuarios finales. Según cartas remitidas por los proveedores de streaming a sus clientes, el alza en promedio está entre S/4 y S/8. En sus comunicados detallan que la razón de las nuevas tarifas es asumir el pago del IGV.

Como se recordará, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) junto con la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) emitieron el Decreto Legislativo N.º 1630, el cual establece el cobro de IGV del 18% para proveedores que no tienen oficina local. Este tributo será recaudado a través de un sistema diseñado para aplicarse a nivel nacional. Primero se estableció que entraría en rigor el 1 de octubre, pero mediante el Decreto Legislativo N.º 1664, la implementación de esta medida fue postergada hasta por dos meses.

Al citado impuesto se le conoce como «Tasa Netflix», pero no afecta solo a los proveedores de películas y series pagadas en línea, o las transmisiones de contenido editorial pagado, sino el almacenamiento de información, el acceso a redes sociales con funciones adicionales, servicios de conferencia remota o la intermediación en la oferta y la demanda de bienes y servicios como la que ofrecen Airbnb, Adobe, aplicaciones de delivery, etc. También se incluye los bienes intangibles adquiridos a proveedores extranjeros vía internet.

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