Durante el “Primer encuentro por la Inclusión Digital” se destacó la necesidad de un trabajo colaborativo entre el sector público y privado para articular soluciones que permitan reducir la brecha digital y de esta manera mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de la región.
Internet para Todos (IpT), el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), la Corporación Interamericana de Inversiones (BID Invest) y Telefónica Hispanoamérica realizaron el 7 de noviembre, en Lima, el “Primer encuentro por la Inclusión Digital”. Se trató de un evento que convocó a expertos internacionales de organizaciones multilaterales, empresas, gobiernos y sociedad civil para reflexionar sobre la inclusión y el cierre de brechas. Como parte de la agenda se presentaron tres paneles de conversación.
La inauguración del evento estuvo a cargo de Raúl Pérez Reyes, ministro de Transportes y Comunicaciones del país anfitrión, quien destacó que la conectividad es uno de los medios más importantes para reducir la pobreza y la desigualdad. Advirtió que no solo se trata de darle a los pobladores un celular, sino el acceso a la información para transformar sus vidas. “La brecha de acceso es fundamental cerrarla, pero hay que cerrar también la brecha de uso”, dijo.
Desde la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el representante para Sudamérica de la organización, Sergio Scarabino, comentó que no podemos quedarnos con lo que tenemos hasta ahora en conectividad. Hay más de 120 alternativas para llegar a las personas desconectadas y no una lista definitiva, se siguen incorporando iniciativas para conectar las municipalidades entre sí, lo importante es estimular y pensar alternativas para ampliar el acceso y uso del internet, escuchando lo que desean las comunidades rurales.
Scarabino coincidió en que el trabajo colaborativo entre el gobierno y los actores privados es fundamental, pero no solo en la gestión de proyectos sino en un trabajo regulatorio colaborativo. Sentarse con el gobierno a conversar para ver medidas eficientes y, sobre todo, sostenibles en las comunidades rurales. “Trabajemos en regulaciones con un impacto concreto y eficiente”, dijo.
Según GSMA, aunque en 10 años se han duplicado las personas conectadas a banda ancha móvil y la brecha se ha reducido a la mitad, aún hay más de 230 millones de personas en Latinoamérica desconectadas y, por lo tanto, tienen reducidas sus posibilidades de salir de la pobreza. Además, hay una gran carencia en habilidades digitales en las poblaciones ubicadas en las zonas más alejadas.
Desde BID Invest, su director general de negocios, Aitor Ezcurra, apuntó que se necesitan US$ 68 mil millones para cubrir la brecha que tenemos si nos comparamos con lo que ya hay en Europa o Estados Unidos y, si subimos 10% la conectividad en América Latina, el impacto en el PBI de la región sería superior al 3%. Para ello se necesita un trabajo colaborativo, porque solo el sector privado o público no van a lograrlo, coincidieron los expertos.
“Más que competir, es compartir”, remarcó Teresa Gomes, CEO de IpT, quien destacó que en el caso de IpT ha sido clave el trabajo conjunto de diferentes actores para llegar a 3,3 millones de pobladores de zonas rurales. Los modelos tradicionales no podían llegar a ellos, por eso se formó esta alianza con actores que no son del sector, como los bancos de desarrollo, para llevar infraestructura de acceso, dejando a los operadores móviles que brinden el servicio al cliente.
IpT no tiene espectro ni atiende clientes finales, remarcó, sino que solo hace la inversión en infraestructura y mantenimiento, lo cual permite garantizar accesos en zonas complicadas con una reducción de costos para los operadores móviles que brindan el servicio al usuario. Además, ha sido fundamental el trabajo en conjunto con el Estado, aprovechando en un 25% las redes regionales tendidas con fondos universales, además de las facilidades regulatorias para montar este tipo de empresa. Más del 60% del servicio es terrestre. Es un modelo exitoso que se puede llevar al resto de la región, pero con políticas públicas que permitan esta colaboración.
La inclusión digital, remarcaron los asistentes, significa facilitar el acceso a las tecnologías y servicios digitales a quienes, de otro modo, no tendrían acceso. Pero implica no solo el acceso a las herramientas digitales, sino el desarrollo de las habilidades necesarias para utilizarlas. Se trata de reducir las brechas de acceso a internet, brechas de capacidades básicas, brechas educativas, brechas de género, brechas de acceso a servicios básicos tales como salud, educación, empleabilidad y brechas de seguridad.
Mirada colombiana
La experiencia desarrollada en el Perú es replicable en Colombia, coincidieron los expertos representantes de dicho país que participaron en el evento, quienes consideraron que será necesario una adecuación de las políticas y normas para afinar este trabajo de cooperación entre competidores que se requiere para reducir la desigualdad.
Gabriel Jurado, viceministro de conectividad del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) de Colombia, remarcó que la conectividad “solo tiene sentido si transforma la vida de la gente. Llevamos 30 años hablando del cierre de la brecha y no lo hemos conseguido. La brecha de pobreza es más grande si uno no está incluido en el mundo digital y así es más difícil lograr salir de la pobreza”.
Jurado dijo que se necesita más alfabetización digital y ayudar al ciudadano a valerse de la conectividad para crear trabajos como Rappi o Uber. “Tenemos que llegar a decirle al campesino de Perú que su maíz no lo saque en la carretera al mejor postor si no que él lo muestre en una página web y el pago le llegue a su billetera electrónica”, comentó.
Para su gobierno, dijo, la conectividad es una prioridad porque permitirá integrar a todos los ciudadanos en el ecosistema de la economía digital. Con la optimización de redes troncales y conectividad del Pacífico (Plan Nacional de Conectividad), las líneas de fomento, las comunidades de conectividad, y proyectos como zonas comunitarias para la Paz, así como la subasta 5G, se proponen alcanzar la meta de llegar a un 85% de conectividad en el país, explicó.
“El sector TIC en Colombia necesita un gran acuerdo nacional que involucre a todos los agentes de manera que se unan esfuerzos para reducir la brecha digital. Para eso el Mintic busca promover una inversión para transformar la vida de los colombianos a través de la tecnología”, señaló el viceministro Jurado.
Premiación
Durante el evento hubo un espacio de tiempo para reconocer iniciativas exitosas y se procedió a entregar los premios de la categoría “Conectarse para Crecer”. El premio lleva 13 años organizándose y en ese tiempo ha logrado identificar a más de 1400 iniciativas con impacto positivo en zonas rurales del Perú, premiado a más de 100 iniciativas y capacitado a más de 5000 personas en las comunidades rurales del país. En el 2023 recibió 136 postulaciones de 21 regiones del país.
Los proyectos reconocidos en esta edición corresponden a las categorías: Mujer Emprendedora (Impulsada en alianza con la OEA|CITEL), Educación, Económico Productivo y Medio Ambiente. Además, por primera vez, en esta edición se sumó el premio especial «Internet para todos» (IPT), que premia a la mejor experiencia de impacto del uso del internet en las más de 16 mil localidades rurales donde IPT está presente.
Gracias al apoyo de American Tower Corp. (ATC), se entregó el premio Ganador Absoluto o Gran Ganador a “Llactamaki”, también ganador en la categoría Económico productivo. Ellos están contribuyendo con el cierre de la brecha tecnológica de mujeres artesanas en zonas rurales de Huancavelica.
“Llactamaki” es una iniciativa que nace en 1995 en Huancavelica como una forma de sacar adelante el trabajo de la mujer tejedora y dar a conocer al mundo la artesanía textil del Perú. Gracias a la capacitación en el arte del tejido a mano, esta iniciativa ha fomentado su crecimiento económico. Presenta una amplia gama de productos que incluyen chalinas, guantes, ponchos, bikinis y otros artículos, todos elaborados con hilos de fibra natural y artificial. Con el uso de las TICs, esta iniciativa busca continuar expandiendo el crecimiento económico de sus artesanas ofreciendo ropa tejida a mano, con diseños exclusivos, a la mujer moderna.