Erick Iriarte lamentó que a nivel del Ejecutivo no se haya dado un debate entre especialistas al momento de plantear la propuesta y pidió que, ante todo, se propongan políticas públicas coherentes en lugar de crear una mayor burocracia.
¿Qué le parece la propuesta del ejecutivo de crear ahora un Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación (MINCITEIN)? ¿Por qué si o por qué no?
Es verdad que, en algunos países de la región, existe un ministerio de ciencia y tecnología, pero han sido la evolución de instituciones de ciencia y tecnología previamente existentes. Los principales, como Brasil y Costa Rica, tienen más de tres décadas de operación. Estados Unidos tiene una oficina presidencial de ciencia y tecnología desde la década de los setenta. Sin embargo, esta no es la norma. La mayoría del resto de países cuentan con otras modalidades, tales como viceministerios, comisiones especiales, secretarías específicas, etc. Y las decisiones son discutidas en foros abiertos y con participación de todos los actores involucrados, como en Colombia o México.
En contraste, en nuestro país sólo se consultó a algunas entidades gubernamentales para la elaboración de esta iniciativa. No se han habilitado espacios de diálogo o confrontación de ideas con la sociedad civil, el sector privado o la academia. En un proyecto que incorpora la innovación, resulta imprescindible la participación de todos los actores relacionados con este ecosistema. Se preparó, lejos del escrutinio público, un Proyecto de Ley (la única manera de lograr un nuevo ministerio), que es remitido de manera directa al Congreso para que lo discutan rápidamente y se pueda tener un ministerio activo en tres meses. En otras palabras, la imposición vista como política de estado.
¿Qué le falta o que se debería modificar de esta propuesta remitida por el ejecutivo al congreso?
Ha faltado un diálogo abierto y público con la sociedad civil, academia y sector científico, lo cual ya está incorporado como metodología y requerimiento en la Política 20 y 35 del Acuerdo Nacional. Esta propuesta debería ser ampliamente debatida en el parlamento, tomando todo el tiempo necesario para escuchar a todas las voces y en base a ello tomar una decisión.
¿Para qué sería útil esta propuesta? ¿Es una reacción ante la necesidad de la falta de apoyo a la ciencia en el país o una respuesta a un movimiento o estrategia política?
Creo que la respuesta es más política que técnica. Más allá de la utilidad del ministerio, podría ser por devolverle a Montoya el favor de su apoyo explícito durante la campaña y sus primeros meses de Gobierno. También podría ser en cumplimiento ciego del Plan de Gobierno de Perú Libre y su visión de “soberanía tecnológica”, adoptada del discurso de Venezuela sobre el tema y que pasa por crear nuestra propia vacuna, nuestro propio internet, nuestras propias tecnologías, etc. Además, crear más burocracia permitirá tener un sistema centralizado, bajo la premisa de que así resolverán el problema de fondo de desarrollo de capacidades desde la escuela.
¿Qué le parece que el Concytec sea absorbido por el ministerio y maneje un presupuesto dependiente de este? (arranca con cerca de S/40 millones y pasa luego a unos S/70 millones anuales)
Se debería lograr que esta inversión prevista sea efectiva. El presupuesto de estos últimos años para Concytec, entidad que ya tiene varias décadas encima (con sus bemoles, pero avanzando), no ha sido el adecuado para una entidad de carácter científico. En contraparte, los fondos para innovación sí han ido creciendo, sobre todo en Produce. ¿Qué pasará con los fondos de InnovatePeru? ¿Por qué se presume que un ministerio es el camino más eficiente para obtener un gasto adecuado? El título de “ministro” no confiere poderes mágicos que resuelven la problemática de un sector.
A su entender, ¿Qué hace falta para evitar la fuga de talentos científicos, potenciar la innovación y tener desarrollo tecnológico local? ¿Cuál sería el camino que deberíamos seguir y porqué ese sería el adecuado?
A lo que debemos apuntar es a tener políticas de Estado para fomentar la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, tanto pública como privada. Y ejemplos de cómo hacerlo vemos en quiénes son los que hacen las patentes en el mundo: fundamentalmente privadas. Esto significa entonces que, para que la innovación crezca, se requiere políticas claras y no burocracias doradas, pagadas además con dinero de todos peruanos.
En vez de una decisión sobre la que hubiese que ensayar respuestas, podrían simplemente haber fortalecido el modelo que ya estaba en camino hacia un sistema nacional de ciencia y tecnología que perdure más allá del gobierno de turno. Por el contrario, destruirlo cuando recién se ha creado, creo que es un error.