El CTO de Amazon, Werner Vogels, publicó sus cinco predicciones tecnológicas para 2026, ofreciendo su perspectiva sobre cómo las tecnologías emergentes remodelarán industrias completas y la vida cotidiana. El análisis destaca tanto la evolución técnica como el impacto humano que definirá la próxima década. En lugar de una pesadilla distópica o apocalíptica, como muchas películas, vislumbra algo fundamentalmente diferente: un futuro que valora la autonomía, la empatía y la experiencia individual, donde la cooperación interdisciplinaria influye en el descubrimiento y la creación a un ritmo implacable. «El próximo año, comenzaremos la transición hacia una nueva era de IA en el circuito humano, no al revés», vaticinó.
Acompañantes empáticos
Su primera predicción es que los robots, impulsados por la IA, trabajarán colaborativamente con cuidadores humanos para abordar el aislamiento social que afecta a una de cada seis personas en todo el mundo y ya es considerado una crisis de salud pública por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El aislamiento social aumenta el riesgo de muerte en un 32%, casi tanto como el tabaquismo y puede ser menguado con ayuda de la tecnología, expresó.
Los robots son de gran utilidad para acompañar a las poblaciones envejecidas a través de una conexión emocional genuina, dijo. Hace una década, forjar relaciones emocionales significativas con robots era ciencia ficción. Hoy, las capacidades avanzadas de la IA muestran una inteligencia emocional cada vez más matizada y comportamientos receptivos que ya han sido respaldados por estudios clínicos, señaló Werner Vogels.



En Canadá, citó como ejemplo, los centros de atención a largo plazo y hospitales han adoptado robots como Pepper, Paro y Lovot para apoyar la salud mental y el bienestar. Y un estudio clínico de Paro se descubrió que el 95% de los participantes con demencia que interactuaban regularmente con estos compañeros tuvieron relaciones beneficiosas, con reducciones mensurables en la agitación, la depresión y la soledad, además de mejorar patrones de sueño y depender menos de la medicación.
Como descubrió la investigadora del MIT Kate Darling, las personas tratamos a los robots más como mascotas que como dispositivos. Les ponemos nombre, los protegemos y formamos vínculos emocionales genuinos con ellos. Cuando algo se mueve libremente y con un propósito expresando lo que parece ser personalidad, respondemos instintivamente construyendo relaciones.
Esta respuesta biológica sienta las bases para que los robots de compañía proporcionen la presencia emocional constante que alivia la soledad de maneras que los dispositivos tradicionales no consiguen. En lugar de reemplazar a los cuidadores humanos, esta revolución de la compañía crea un modelo colaborativo donde la tecnología y las personas trabajan en conjunto para brindar cuidados y combatir la soledad, remarcó.
«El próximo año, comenzaremos la transición hacia una nueva era de IA en el circuito humano, no al revés».
Werner Vogels, CTO de Amazon
Desarrolladores polímatas
Werner Vogels considera que la IA generativa no hará obsoletos a los desarrolladores, sino que los transformará en polímatas, es decir, personas con grandes conocimientos en varias disciplinas, que combinan las capacidades de generación de código de la IA con creatividad, curiosidad y un pensamiento sistémico únicamente humano.
Las herramientas cambian, pero los fundamentos perduran, señaló, y el trabajador se fortalece. A medida que la IA generativa transforma la forma en que se crea software, los desarrolladores no se volverán obsoletos, sino que renacerán empoderados.
Ya lo hemos visto y oído antes, dijo. En la década del 2000, los ingenieros de operaciones expresaron inquietudes similares con la llegada de la computación en la nube. Temían que la automatización los volviera obsoletos. En cambio, esta redujo las barreras a la experimentación y generó una explosión de nuevos proyectos, nuevas empresas y nuevos roles de ingeniería. Cada simplificación ha generado una mayor demanda. Las herramientas evolucionan, los flujos de trabajo cambian y la complejidad aumenta; sin embargo, los atributos fundamentales de los grandes desarrolladores permanecen constantes. La creatividad, la curiosidad y el pensamiento sistémico siguen definiendo este oficio, remarcó.
«La educación superior por sí sola no puede seguir el ritmo del cambio tecnológico».
Werner Vogels, CTO de Amazon
Apostando por la criptografía post-cuántica
La seguridad cuántica es ahora la única seguridad que deben implementar las organizaciones, reflexionó Werner Vogels. Los criminales están recolectando datos personales, registros financieros y secretos de estado ahora para descifrarlos más tarde con computadoras cuánticas. Y no se puede suponer que eso demorará muchos años en ser realidad: los avances en la corrección de errores y la eficiencia algorítmica han acortado los plazos, y la ventana para la defensa proactiva se está cerrando. El próximo año exige un pensamiento poscuántico; desde la criptografía que protege nuestras comunicaciones más sensibles hasta la formación necesaria para formar ingenieros cuánticos, enfatizó.
Hubo una época, no hace mucho, en la que la gente ni siquiera estaba segura de la existencia de las computadoras cuánticas. Incluso hace tres años, los plazos para el desarrollo de hardware capaz de resolver problemas complejos parecían estar a décadas de distancia, dijo. Pero los plazos se acortan. AWS presentó Ocelot, un chip cuántico que demuestra una corrección de errores cuántica eficiente en hardware que redujo la sobrecarga hasta en un 90% en comparación con los enfoques convencionales. El chip Willow de Google demostró que las tasas de error disminuyen exponencialmente con la distancia de código. International Business Machines Corporation (IBM) anunció un marco para la computación cuántica tolerante a fallos para 2029. La corrección de errores ha sido durante mucho tiempo el principal desafío para construir una computadora cuántica escalable, y su desarrollo se está acelerando, enfatizó.
El riesgo reside en cómo protegemos los datos hoy en día, advirtió. Agentes maliciosos llevan años recopilando datos cifrados, esperando pacientemente la potencia de procesamiento necesaria para descifrarlos. Gran parte de nuestra seguridad digital se basa en la criptografía de clave pública. A diferencia del cifrado simétrico, que puede reforzarse con claves más largas, los sistemas de clave pública necesitan fundamentos matemáticos completamente nuevos para sobrevivir a la era cuántica, explicó.



La preparación no es algo que se pueda posponer, el trabajo debe comenzar ahora y las organizaciones deben implementar criptografía poscuántica (PQC) donde puedan, planificar la actualización y reemplazar la infraestructura física donde puedan, y desarrollar talento preparado para la computación cuántica para apoyar esta transición. La buena noticia es que las soluciones PQC ya existen y se pueden implementar a nivel de sistema operativo, navegador y en la nube. Las principales empresas tecnológicas están adoptando estándares NIST como ML-KEM (Mecanismo de Encapsulación de Claves Basado en Módulos y Redes), lo que garantiza la interoperabilidad y la seguridad. Microsoft lanzó herramientas poscuánticas para Windows y Linux. Apple integró protocolos de seguridad cuántica en versiones recientes de iOS y macOS. Google implementó el cifrado resistente a la cuántica en Chrome. AWS implementó el estándar en KMS (Servicio de Administración de Claves), ACM (Administrador de Certificados), CloudFront, Secrets Manager y AWS-LC.
El mundo físico es donde la transición se vuelve más compleja. A nuestro alrededor hay sistemas que dependen del cifrado, como el sistema de llaves de un hotel hasta as empresas de servicios públicos que implementaron millones de medidores inteligentes que carecen de la capacidad de procesamiento para ejecutar algoritmos poscuánticos. Las redes eléctricas, los sistemas de tratamiento de agua y las redes de transporte enfrentan limitaciones similares. Esta limitación obligará a las empresas a ser creativas, dijo. Se esperan enfoques híbridos que superpongan puertas de enlace con seguridad cuántica a los dispositivos heredados, así como nuevos modelos de implementación que secuencien las actualizaciones de hardware sin interrumpir los servicios críticos. Esto ya no es un proyecto de seguridad informática. Es una transformación interfuncional que abarca ingeniería, logística, fabricación y operaciones.
En cuanto al talento preparado para esta era, el informe del Grupo de Trabajo de Habilidades Cuánticas del Reino Unido estima que se crearán 250 mil nuevos empleos en computación cuántica para 2030, y que la cifra se disparará a 840 mil para 2035. «La educación superior por sí sola no puede seguir el ritmo del cambio tecnológico», recordó Werner Vogels. Las organizaciones que inviertan ahora en educación y formación cuántica crearán ventajas competitivas difíciles de replicar. La era cuántica requiere una nueva combinación de conocimientos especializados que es poco común hoy en día, pero que será fundamental en los próximos años. El reto para las empresas será incentivar a las personas a especializarse en computación cuántica, ya sea en la universidad o a través de trayectorias educativas alternativas.
A medida que la IA generativa transforma la forma en que se crea software, los desarrolladores no se volverán obsoletos, sino que renacerán empoderados.
La revolución de la tecnología de defensa
Las innovaciones militares en sistemas autónomos serán adaptadas para abordar problemas críticos, desde la respuesta a desastres hasta el acceso a atención médica en regiones remotas en el ámbito civil. En las guerras el combate cuerpo a cuerpo es el último recurso. Las batallas se libran tras pantallas, a cientos, a veces miles de kilómetros de distancia, con un clic en el mouse, gracias a la innovación tecnológica empleada. Y gracias a la inversión militar, tanto pública como privada, se ha incrementado la velocidad de desarrollo y ha reducido el tiempo necesario para que las tecnologías pasen del campo de batalla a la vida cotidiana, comentó.
Fuera de los escenarios bélicos, tecnologías como la visión nocturna, la computación táctica de borde y los sistemas autónomos desarrollados para logística militar están siendo adaptados para la salud, la industria y la agricultura. Estas innovaciones permiten, por ejemplo, mejorar la eficiencia en la producción de alimentos, optimizar operaciones industriales en zonas con infraestructura limitada y fortalecer la seguridad en puertos. Los sistemas de salud, servicios de emergencia y operadores de infraestructura deben prepararse para la llegada de estas capacidades en dos años, no en décadas, remarcó.
La inversión militar en tecnología está en auge, tanto por parte de los gobiernos como del sector privado, que trabajan bajo una presión extrema. Lo que ha cambiado ahora no es la escala de la inversión, sino el enfoque fundamental de la innovación. En los próximos años veremos acortarse el tiempo que transcurre desde el campo de batalla hasta la aplicación civil, lo que transformará fundamentalmente la infraestructura, la respuesta a emergencias y la atención sanitaria en todo el mundo, vaticinó Werner Vogels.
El reto para las empresas será incentivar a las personas a especializarse en computación cuántica, ya sea en la universidad o a través de trayectorias educativas alternativas.
Los algoritmos de IA aprenden de datos reales y mejoran de la noche a la mañana. Esto crea ciclos de retroalimentación que se miden en días, no en décadas, explicó. Las organizaciones que reconozcan que esto no es evolución, sino disrupción, serán las que resuelvan los problemas que afectan a miles de millones de personas, sentenció.
Los sistemas autónomos militares se están adaptando para resolver los desafíos de la mano de obra agrícola, a la vez que aumentan la eficiencia en la producción de alimentos, agregó Vogels. Cuando un agricultor ucraniano utiliza un dron doméstico para reconocimiento y luego comparte información mediante aplicaciones de mensajería cifrada, presenciamos la convergencia de la tecnología militar y civil en tiempo real, comentó como ejemplo.
Más allá de las zonas de conflicto, los sistemas de visión nocturna, antes exclusivos de las fuerzas especiales, ahora guían helicópteros de búsqueda y rescate y facilitan las labores de conservación de la fauna silvestre, añadió. La informática de borde táctica, perfeccionada para operaciones en entornos desconectados, impulsa clínicas de salud remotas y operaciones industriales en zonas con infraestructura limitada. Y eso es solo el principio, acotó.



