Rampas para perros salchicha

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Columnista invitado: Hans Rothgiesser


Algunas personas son buenas para ir de cero a uno, los constructores; otras son buenas para ir de uno a diez, los escaladores. Yo no soy bueno construyendo, sino escalando”. Esta es una de tantas frases pegajosas que provienen de la mente llena de ideas del emprendedor e innovador Ramon Van Meer. Y las cifras lo respaldan: Van Meer convirtió una inversión de unos cuantos miles en varios millones de dólares vendiendo el producto más improbable de todos -uno que, además, él ni inventó, ni produjo-: Rampas para perros salchicha. Así es. Alguien se puede volver millonario incluso vendiendo eso, pero debe saber escalar.

Cuando Van Meer habla de ser bueno escalando, se refiere a que es bueno reconociendo las áreas de un negocio en las que hay que enfocarse para que la empresa crezca rápido. En ese proceso, la data es crucial. De hecho, contar con la data adecuada -en su preferencia generada por alguien externo- es necesario para saber si el negocio en el que te estás embarcando vale la pena y cómo aprovechar su potencial.

Son varios detalles aparentemente insignificantes que observa Van Meer, pero que sumados marcan la diferencia. Por ejemplo, el que quien tuvo la idea no es quien debe hacerlo todo. Cuando comenzó joven en el negocio de la construcción, él mismo hacía la instalación del cableado y así ahorraba un poco, hasta que uno de sus clientes lo convenció de que debía contratar a un proveedor especializado para que haga eso, mientras él debía concentrarse en conseguir trabajo y en subcontratar a terceros. Siguiendo ese consejo, pudo escalar su negocio y hacerlo crecer hasta hacer su primer millón, y otros tantos más.

Eventualmente compró por 300 mil dólares una empresa de productos específicos para problemas específicos de salud de razas específicas de perros, Alpha Paw. Van Meer encontró esta empresa en internet buscando páginas webs de productos orientados a mercados puntutales, pero que estuvieran pobremente optimizadas. Además, los productos que buscaba debían resolver problemas, tener poca competencia y apuntar a un mercado grande. Esto combinado daba como resultado un alto potencial de crecimiento.

Cruzó eso con herramientas como Google Trends para identificar si esos productos tenían una base de fans en redes sociales. Así, por ejemplo, había tenido un retorno exitoso comprando la peluquería Arrowtown Hair, que luego escaló. De esa inversión había generado un retorno de 500% y creado un caso de estudio que se lee en algunas escuelas de gestión. Van Meer suele decir que más importante que el dinero que hiciera al vender ese negocio dos años y medio después de haberlo comprado, son las lecciones que aprendió de la aventura.

Para Van Meer todo son lecciones. Y en el camino ha ido aprendiendo a aplicarlas. Así fue como convirtió a Alpha Paw en un negocio multimillonario a partir de la venta de rampas para perros salchichas. ¿Cómo algo tan puntual puede ser tan buen negocio? Pues, por redes sociales. A través de ellas, él llega a los usuarios que las necesitan urgentemente y que están dispuestos a pagar mucho por ellas. Ahí está la genialidad. Por eso Van Meer es millonario. Aprendió antes que otros a usar las redes sociales a su favor.


*Economista de la Universidad del Pacífico con maestría en periodismo por la Universidad de Gales (Reino Unido). Actualmente miembro del Consejo Consultivo del Grupo Stakeholders.

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