Reciente informe sobre las perspectivas económicas para América Latina de la OECD recoge indicadores claves en el camino a la digitalización de la región y la resiliencia productiva. Perú se encuentra entre los más rezagados, advirtieron.
El Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico presentó su informe Perspectivas económicas de América Latina 2020 en el cual se recogen una serie de indicadores que permiten comprender cuán preparada estuvo la región para la pandemia, además de recoger una serie de recomendaciones sobre cómo optimizar su eficiencia, dada las circunstancias actuales.
América Latina se caracteriza por el predominio de las micro y pequeñas empresas que tienen una escasa productividad y están desconectadas de sus mercados, destacaron. Para resistir el shock generado por la pandemia requieren de herramientas digitales que contribuyan a impulsar la productividad e incrementen su competitividad. Por tanto, las políticas públicas deben “buscar apoyar la adopción de herramientas tecnológicas con ecosistemas digitales integrales, infraestructuras adecuadas y conocimientos digitales apropiados”, concluyeron.
Transformar la producción para salir de la trampa de la baja productividad, remarcaron, requiere de todo un ecosistema digital integral. En la década pasada los indicadores de incremento de la productividad de la región se han ralentizado, pese a que se registraron avances en el uso de Internet. En el 2018, el 68% de los latinoamericanos navegaba con regularidad, casi el doble de lo reportado en el 2010, sin embargo, seguían por debajo del promedio OCDE (84%). Además, aun cuando mejoró la velocidad de la conexión, seguía por debajo del promedio mundial, lo que dificulta el uso de apps y servicios complejos.
Es esencial invertir en generar personal con las competencias adecuadas para aprovechar las tecnologías digitales y así reducir la brecha con los países más avanzados tecnológicamente, sostienen en el informe. Además, refieren que resulta fundamental la conectividad del transporte para sacar el máximo partido a la transformación digital. Se requieren plataformas digitales, agregan, para expandir el comercio electrónico a nuevos mercados e incrementar la eficiencia.
“La difusión y el impacto de las tecnologías digitales sobre la productividad en América Latina y el Caribe no son automáticos, sino que dependen de elementos indispensables, como el acceso y la difusión adecuados de las tecnologías digitales, un sólido dinamismo empresarial, la participación de las pequeñas y medianas empresas en la transformación digital y una competencia suficiente en la economía digital”, declararon.
El Covid‑19, señalaron, ha servido para evidenciar las grandes diferencias en productividad existentes no solo entre una región y otra, sino entre las grandes y las pequeñas empresas de un mismo país, lo cual brinda es oportunidad de digitalización, pero también puede terminar acentuando las disparidades. Si no se adoptan políticas integrales oportunas que permitan nivelar a esas pequeñas empresas con escasa adopción tecnológica y más de 30 puntos porcentuales por debajo en productividad, la diferencia se puede acentuar, advirtieron.
En torno a la resiliencia
En el informe se cita un estudio sobre la digitalización de América Latina frente a la pandemia del Covid-19 del Observatorio CAF (abril, 2020), en donde se analizan las diversas falencias en adopción tecnológica, en especial en las cadenas de aprovisionamiento, lo que afectó el nivel de resiliencia productiva durante la pandemia.
Refirieron que, si bien el porcentaje de empresas con acceso a Internet excede en todos los países el 85%, el porcentaje de las mismas que usan banca electrónica varía en un rango de entre 34,20% en Perú y 95,39% en Colombia, mientras que el porcentaje de aquellas que adquieren insumos mediante Internet oscila entre 15,20% en Perú y 66,00% en Brasil [2018].
Estas falencias en la cadena de aprovisionamiento, comentaron, se agravan al analizar las debilidades de la cadena logística (por ejemplo, la baja digitalización del transporte terrestre). Estas se constituyen en debilidades importantes para afrontar las disrupciones en la cadena de aprovisionamiento ocasionadas por la pandemia.
La recomendación principal para lograr esa resiliencia y seguir operando en este entorno adverso, concluyeron, es promover la innovación en el desarrollo de plataformas que permitan superar las citadas falencias en las cadenas de aprovisionamiento. Por ejemplo, pidieron estimular el desarrollo de empresas tecnológicas para que provean una relación más eficiente entre proveedores logísticos y servicios de transporte. No solo es necesario que una empresa manufacturera digitalice sus procesos y maneje órdenes de compra de insumos digitales, sino también estar preparadas para interactuar con las empresas logísticas, operadores portuarios y comercios minoristas, explicaron.