Cerrando brechas con una visión de país

El legado y trascendencia del INICTEL frente a la brecha de competencias laborales en el Perú, su aporte al desarrollo de las telecomunicaciones y la cultura digital peruana, es analizado por su exdirector general, el Ing. Freddy Vargas Vílchez, en este artículo compartido para eBIZ Noticias.

La brecha entre el perfil académico de las universidades y las competencias en tecnología digital, exigidas en un mercado laboral cada vez más competitivo, ha evolucionado con el tiempo, siendo mayor en algunos sectores que en otros. Factores como la acelerada evolución de las tecnologías emergentes, la formación continua y la adaptabilidad de técnicos y profesionales a nuevos entornos, nos enfrentan a nuevos desafíos marcados por el cambio de paradigmas y de metodologías de enseñanza, el aprovechamiento de herramientas digitales y de la inteligencia artificial. En este nuevo estado de cosas, adquiere especial importancia la toma de decisiones innovadoras que faciliten crear en la sociedad una cultura digital pertinente y el aprovechamiento de la tecnología en favor de su calidad de vida y del desarrollo del país.

Según un artículo de la Universidad de Negocios ISEC, las tecnologías digitales avanzan a un ritmo muy acelerado y la oferta universitaria, a menudo, no puede actualizarse al mismo ritmo. Esto crea una brecha entre lo que se aprende en la universidad y lo que se necesita en el mercado laboral. Así los sectores con alta demanda de tecnologías digitales (como la inteligencia artificial, la ciberseguridad y sus aplicaciones) suelen tener mayores necesidades de competencias específicas que no siempre se cubren en la universidad.

Se comprueba que, los jóvenes con mayor capacidad de adaptación a las nuevas herramientas y tecnologías digitales, que practican un aprendizaje continuo, tanto a través de cursos online o por experiencia laboral, tienen menos dificultades para cerrar esta brecha.

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Si bien, con esta breve introducción, se ha pretendido realizar un análisis situacional de la brecha existente y de sus causales, en el momento actual, hemos de reconocer que tal escenario no es nuevo. Ya, en el año de 1970, habiendo sido creado el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y habiendo asumido el Ing. Carlos Romero Sanjinés la gestión de la Dirección General de Telecomunicaciones, se decidió hacer propios los resultados de la Misión de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la cual, con una visión de país, propuso el cierre de la brecha ya existente, mediante la creación de un Instituto para:

  1. Capacitar a profesionales, en especial ingenieros, de las recientemente creadas ENTEL Perú y la Compañía Peruana de Teléfonos S.A.
  2. Desarrollar tecnologías apropiadas para las telecomunicaciones nacionales.

El 13 de abril de 1973, se promulgó el Decreto Ley que puso en marcha al Instituto Nacional de Investigación y Capacitación de Telecomunicaciones (INICTEL), creado por la Ley General de Telecomunicaciones, DL 19020 (1971), como organismo público descentralizado del MTC.

El INICTEL de este modo se constituyó en un modelo innovador y exitoso en coadyuvar al cierre de brecha entre el sector académico y el sector productivo y de servicios.

La estructura orgánica e infraestructura de aulas y laboratorios del INICTEL, aportaba dinamismo y flexibilidad para enfrentar con éxito los tiempos de cambio tecnológico, adquiriendo importancia estratégica en el desarrollo del país. Las coordinaciones realizadas ante los organismos internacionales en materia de telecomunicaciones y tecnologías de la información y comunicación, buscaron una efectiva transferencia tecnológica y de conocimientos en favor del país, articulando con los diferentes sectores de la estructura del Estado, tanto como, con la academia y las empresas de telecomunicaciones, buscando las estrategias para su difusión, aprovechando sus beneficios y desarrollos tecnológicos, así como, brindando atención a las necesidades tecnológicas en favor del cierre de brechas.

En este punto es preciso mencionar a quienes “marcaron el horizonte” del instituto y que dejaron una huella indeleble para su realización: Juan Ernesto Barreda Delgado, Carlos Chian Chong, Alberto Giesecke Matto, Ricardo Herrera Alliot, Jorge Menacho Ramos, Marco Paredes Gálvez, Carlos Romero Sanjinés, Mario Samamé Boggio, entre otros distinguidos profesionales, integrantes de los Consejos Directivos del INICTEL, en su vida institucional.

Es preciso reconocer, la labor de un plantel de jóvenes profesionales especializados en las diferentes disciplinas de la actividad ingenieril, artífices de los logros obtenidos por el INICTEL, quienes complementaron su formación con cursos de post grado en nuevas tecnologías, en algunos casos, incluidos en el Convenio de Cooperación Internacional suscrito con el Gobierno de Japón, que contemplaba además la implementación de los Laboratorios de Telecomunicaciones, el Estudio de Televisión y la Asistencia Técnica de Expertos.

El desarrollo tecnológico, acelerado como consecuencia de los tiempos de pandemia, nos enfrentó a la necesidad de adoptar grandes cambios. Podemos observar en el diagrama de Gartner la evolución de las tecnologías al 2024, la misma que, no solo ha tenido un crecimiento exponencial, sino que se ha involucrado en todas las actividades del quehacer humano, impulsando la evolución de las competencias laborales al ritmo de estos cambios.

Por ello, instituciones como el INICTEL permiten una rápida respuesta a tales cambios, facilitando el cierre de brechas, buscando:

  1. Desarrollar e implementar programas de capacitación alineados con las necesidades del mercado laboral. Esto incluye incorporar habilidades y competencias demandadas, como manejo de tecnologías emergentes y habilidades prácticas en sectores específicos, tanto como aplicadas a la gestión de proyectos tecnológicos y de investigación aplicada, logrando una actualización y especialización continua de técnicos y profesionales.
  2. Promover la colaboración público-privada, fomentar la creación de alianzas entre el Gobierno, la Academia y las empresas, desarrollando programas de capacitación y pasantías que faciliten una experiencia práctica y habilidades socioemocionales relevantes, estudios y proyectos que satisfagan sus necesidades de comunicación y el desarrollo de soluciones basadas en investigación aplicada, usando nuevas tecnologías.
  3. Impulsar la adaptación tecnológica, integrando el uso de tecnologías avanzadas, como plataformas en línea y herramientas de simulación, en el desarrollo de programas de capacitación como de formación de investigadores, logrando habilidades en el aprovechamiento de entornos, aplicaciones y soluciones digitales y tecnológicas, similares a las del mercado laboral, mejorando su preparación y aumentando su capacidad de adaptación a trabajos que requieran competencias digitales.
  4. Ampliar la cobertura de servicios a un alcance nacional, toda vez que las realidades son diferentes en cada caso y en cada región. Ello por cuanto la evolución de las tecnologías emergentes es transversal al tejido social y productivo del país.
  5. Adoptar las recomendaciones del PhD Flavio Ausejo, director de Educación Continua de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) para poder acceder a empleos digitales en otros países de la región, promoviendo la visibilidad de los profesionales mediante la participación en eventos y ferias tecnológicas, publicación de artículos técnicos en revistas especializadas y otros medios que logren la difusión de sus trabajos y habilidades.
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Ampliando el contexto, observamos que el estudio sobre las brechas de competitividad laboral en Perú, sustentado en la Encuesta de Habilidades al Trabajo (ENHAT) 2017-2018, desarrollada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se centra en cómo el nivel educativo de los trabajadores influye en la capacidad de las empresas para cubrir vacantes. Estas brechas representan un desafío crítico para la economía peruana, limitando la productividad y el potencial de innovación empresarial.

Según Cepal (2021), alrededor del 30% de la población del Perú cuenta con habilidades digitales básicas, 20% con habilidades intermedias y solo 10% con habilidades digitales avanzadas.

La brecha de competencias laborales en el Perú es un tema que afecta significativamente la competitividad empresarial y la economía general. Se estima que aproximadamente el 25% de las vacantes en el país son difíciles de cubrir, especialmente en pequeñas y medianas empresas que tienen menos recursos para atraer talento. Este fenómeno está relacionado con un sistema educativo que no se ajusta adecuadamente a las necesidades del mercado laboral actual, creando un desajuste entre las competencias que los trabajadores pueden ofrecer y las que las empresas demandan.

«Mientras mayor sea la calidad y pertinencia de la educación, mejor será el futuro laboral en el Perú porque se podrá emplear personal mejor calificado que permitirá a la economía producir y exportar bienes y servicios más sofisticados con mayor valor agregado«, afirma el director del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, Gustavo Yamada.

Antes de la pandemia, diversos indicadores señalaban que el conjunto de la educación superior peruana solo respondía parcialmente a las necesidades de la economía y la población:

  • El subempleo profesional afectaba a cuatro de cada diez egresados universitarios y a cinco de cada diez egresados técnicos.
  • El 47% de las empresas tenían vacantes difíciles de llenar y 76% de estas se explicaban por falta de habilidades de los candidatos.
  • Las competencias de los profesionales peruanos equivalían a las de técnicos chilenos y a las de adultos con secundaria incompleta en países, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE.

La pandemia generó reacciones rápidas en muchas universidades e institutos, pero reveló una vez más la rigidez e inoperancia en un buen número. La menor matrícula y el aumento de la morosidad han puesto en duda la viabilidad futura en varias de ellas.

El legado y transcendencia del INICTEL en favor del desarrollo de las tecnologías en telecomunicaciones y en tecnologías de la información y comunicación cobra en tal sentido una gran relevancia para el cierre de brechas, por su flexibilidad académica, pertinencia práctica y conexión con las demandas laborales, asegurando que técnicos y profesionales actualicen su formación y adquieran las habilidades y competencias necesarias, en el entendido que, cuanto mayor es la calidad y pertinencia, mejor será el futuro laboral, asegurando una fuerza de trabajo mejor calificada, que permita a la economía producir y exportar bienes y servicios más sofisticados, con mayor valor agregado. El desarrollo de proyectos de investigación aplicada es fruto de los laboratorios de investigación, ciencia y nuevas tecnologías implementados mediante donaciones e inversión en equipamiento, indispensables para generar las innovaciones que aprovechen mejor los recursos disponibles.

Según Cepal (2021), alrededor del 30% de la población del Perú cuenta con habilidades digitales básicas, 20% con habilidades intermedias y solo 10% con habilidades digitales avanzadas. Esto coloca al país detrás de países similares en la región, como Colombia, y muy por detrás de países desarrollados como Corea.

La demanda de talento digital avanzado es aún más escasa. Si bien se tiene evidencia de la carencia de habilidades digitales básicas, existe aún un vacío de información sobre la dimensión y las características de la demanda de talento digital avanzado.

Asimismo, el estudio del BID y Produce (2022) encuentra que para más de un tercio de las empresas en su muestra (36%) la falta de capacitación de los trabajadores es una limitación principal para el uso de tecnologías digitales.

Vivimos tiempos cambiantes e inciertos, acaso frente a un próximo orden mundial. Pareciera que la «Era del conocimiento y la información» está dejando paso a la «Era de la inteligencia», donde se privilegia la capacidad de procesar y aplicar el conocimiento de manera efectiva y eficiente, en forma individual. Características de esta nueva era son: que los nuevos saberes se generan a velocidades siderales y en cualquier parte del planeta, entrando en obsolescencia aceleradamente; que estos saberes son disponibles en portales de autoaprendizaje y divulgación científica y tecnológica y otros que incluyen muy buenos tutoriales y cursos en línea gratuitos. Estos entornos nos obligan al uso de metodologías donde se incluyan conceptos como el «aprender a aprender» de manera permanente, tal como señala el Proyecto Educativo Nacional al 2036 recientemente aprobado.

Por ello, como afirmó el PhD Auzejo, se necesitará de técnicos y profesionales que sean capaces de utilizar las herramientas digitales en la gestión de datos y que tengan la capacidad de tener los marcos conceptuales que le permitan procesar esos datos para convertirlos en información, para diferentes tipos de decisiones. Tal será el nuevo horizonte.

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