El Hermano Pablo Herranz Navarro F.S.C. recibe hoy sus 60 años en La Salle con un proyecto de codificación para la Biblioteca “Francisco Iriarte Brenner y Milly Ahon Olguín”, en el Museo Multidisciplinario La Salle, de Lima.
“Es una terapia personal” nos responde el hermano Pablo cuando le preguntamos en qué consiste su labor dentro de la biblioteca especializada del Museo Multidisciplinario La Salle. Clasificar y codificar los libros de la comunidad a la que pertenece desde hace exactamente seis décadas fue el objetivo que se trazó hace un año a su vuelta de su trabajo educativo para el Instituto en Requena, en la selva peruana. Así organizó 2400 ejemplares de la biblioteca de la comunidad de Bruño y hoy continúa haciendo lo propio con la del Museo.
“Cuando se reinauguró el museo, vi la biblioteca que no estaba aún clasificada y me ofrecí, como he terminado la de Bruño, para hacerlo. Se lo dije a la directora, hablé con el Doctor Erick (Iriarte, director ejecutivo de la Asociación Editorial Stella, promotora del museo) y me ofrecí para clasificar los libros”. Darles valor a los recursos educativos es lo que lo motiva a esta labor, “es ad honorem, lo importante es colaborar”, aclaró.
Una vida consagrada
Su labor en la biblioteca es sólo la más reciente de sus actividades con los Hermanos de la Salle, camino que empezara a los 11 años, un día como hoy en 1961. “Desde la prehistoria”, comenta riendo. Dedicado desde los 20 años en España a la educación escolar cristiana, se vio llamado a postular a finales de los años 90 al entonces relativamente nuevo proyecto colaborativo de la congregación en la ciudad de Requena, en la selva peruana.
Esa decisión no fue sólo un paso más en su vida cristiana: el hermano entregaría 21 años de su vida a la obra en esta ciudad del departamento de Iquitos, ya sea como director académico del Instituto Superior Pedagógico “Fray Florencio Pascual Alegre González”, o en el Centro de Educación Básica Especial “Manos Unidas”. Su labor, invaluable para el desarrollo de ambas instituciones, continuaría hasta que, ya de 70 años las circunstancias actuales le obligasen a volver. “Me ha costado mucho dejar requena, han sido 21 años de estar allí. Años de plena madurez” comentó.
El nuevo reto
Pero para el hermano Pablo esto significó plantearse nuevos retos. Así, aprendió por su cuenta lo que había que saber sobre el sistema de Clasificación Decimal Universal (CDU) para bibliotecas, y se abocó a la tarea de clasificar libros. Hoy, este conocimiento lo aplica cariñosamente en el Museo La Salle.
“Tienen aquí un valor incalculable”, señaló el Hermano sobre la nutrida biblioteca especializada en arqueología, historia y danza en la que trabaja. Ésta alberga 1500 tomos, donados casi en su totalidad por la familia Iriarte Ahon, junto a otros del fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú y del programa Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultura.
Esta biblioteca, nombrada en honor a la labor del afamado Arqueólogo Francisco Iriarte Brenner y de su esposa, la reconocida bailarina Milly Ahon Olguín, ambos Personalidades Meritorias de la Cultura por el Estado Peruano, forma parte del Museo Multidisciplinario La Salle, puesto en valor y entregado a la comunidad Lasallista el pasado mayo. “Se ha hecho una remodelación muy pedagógica. Conozco otros museos que tenemos los hermanos en España, pero aquí hay mucha cultura de datos arqueológicos, montones, es una belleza incalculable” comentó el hermano Pablo, haciendo una brevísima pausa, antes de volver a concentrarse en los libros, su más reciente reto en todos estos 60 años consagrados al Señor.